Una clase de cobardía: entre 15, golpean y asaltan a un estudiante en el centro de La Plata

Un joven estudiante de 22 años, oriundo de Rafael Calzada, sufrió ayer una serie de heridas y lesiones luego que un numeroso grupo de vándalos, que salía de un boliche bailable del radio céntrico platense, le propinara una salvaje paliza para despojarlo de varias de sus pertenencias.

El hecho tiene lugar un día después de que la Cámara de Casación bonaerense confirmara las condenas que recibieron los jóvenes que asesinaron a Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, en una escena muy similar a la que se pudo ver ayer en la cuadra de 47 entre 8 y 9.

En un extenso fallo, los magistrados corrigieron la calificación impuesta, pero no las penas: si bien consideraron que los asesinos no actuaron con alevosía, ratificaron que 5 de los acusados deberán cumplir prisión perpetua.

Sin dudas se trató de un caso que marcó a fuego a la sociedad argentina e hizo un llamado a la reflexión sobre el nivel de violencia que impera entre los jóvenes.

Sin embargo, pese a tener esta referencia tan cercana en el tiempo, ya que sólo han pasado cuatro años, algunas personas parecen no haber tomado conciencia de la gravedad que revisten este tipo de acciones cobardes y despojadas de empatía.

Tal es el caso de un grupo de sujetos que ayer por la madrugada en dicha cuadra del centro platense.

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Como se indicó, un estudiante se convirtió en víctima de un demencial ataque perpetrado por al menos quince sujetos, que además de golpearlo, le robaron sus pertenencias.

En base a la versión oficial, el hecho tuvo lugar cuando el damnificado junto a otros tres amigos circulaban por calle 47. Antes de llegar a 49, aparecieron en escena, dos sujetos que comenzaron a pedirle dinero.

Pese a que fue un pedido, el tono no fue tan amable. De hecho se parecía más a una exigencia.

Intuyendo que se venía una complicada, el joven revisó sus “bolsillos flacos” para ver si podía encontrar algún billete que le permitiera salir de ese entuerto.

Justo cuando le estaba entregando 100 pesos, apareció en la esquina una numerosa banda que venía circulando por 9.

Fue en ese momento que los dos sujetos se negaron a recibir el billete y en cuestión de segundos pasaron de mendigos a ladrones.

Con el mismo tono con el que le habían “pedido” le advirtieron que debía “entregar todo, sino la iba a pasar mal”.

Ambos delincuentes se sintieron respaldados con la aparición de su clan y en ese marco comenzaron a increpar al chico.

Asustados, tanto el damnificado como sus amigos atinaron a abandonar el lugar para evitar el enfrentamiento.

Según expuso el damnificado ante las autoridades, los otros chicos corrieron en distintas direcciones y así lograron evitar caer en manos de este grupo.

En cuanto a él, sólo recuerda que luego de haber sido encerrado, lo empujaron, cayó al piso y allí comenzaron a propinarle golpes de todo tipo, mientras le sacaban lo que tenía en los bolsillos.

Al igual que sucede en esta clase de hechos, se comportaron con la dinámica de una cacería en manada. Aparentemente siempre lo tuvieron en el objetivo, es decir concentraron sus esfuerzos solo en él.

El chico denunció que los sujetos le sacaron un Motorola, modelo G22, de color negro y su documento Nacional de Identidad. Los 100 pesos, los dejaron tirados en la vereda.