Repararon el daño causado a una joven por su abuelo ante un abuso prescripto

Hace pocos días, el titular del Juzgado de Garantías N° 8 de Lomas de Zamora, Gabriel Vitale, dictó una resolución, que adquirió valor de cosa juzgada, responsabilizando a un hombre por los abusos sexuales cometidos en perjuicio de su nieta. La pesadilla para la víctima se extendió desde 1993 al 2000, entre sus 4 y los 12 años.

Los hechos, sin embargo, se encontraban prescriptos por el paso del tiempo o sea que, para la Justicia en general, no podían ser investigados y la causa debía archivarse sin ningún tipo de reproche para el acusado.

Ante esa situación, lo original del hecho fue que, por diferentes fundamentos, entre ellos los preceptos emanados por la Convención de los Derechos del Niño, el juez Vitale mantuvo en pie el expediente y llegó a un fallo sin fuerza de condena, pero con un claro sentido reparatorio por los daños que ocasionó tan aberrante comportamiento.

La decisión, según fuentes del caso, fue aceptada por todas las partes del proceso, hasta el propio imputado, quien consintió expresamente lo actuado, a sabiendas de que no iba a ir a la cárcel.

Así, agregaron los mismos voceros, “convirtió a este caso en el primero de su tipo en quedar firme en el país”.

Como muchas veces sucede, la damnificada tardó 21 años en poder contar su historia y hacer la denuncia penal, luego de comenzar terapia para lidiar con el dolor y la angustia que la atormentaba.

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En ese contexto, luego de tramitarse la causa y, que varios organismos se negaran a realizar el juicio por estar prescripto, el Juzgado de Garantías N° 8 de Lomas de Zamora, basándose en fallos anteriores y diferentes antecedentes, haciendo especial hincapié en los derechos de la víctima, resolvió declarar probados los cargos por parte del autor responsable, identificado como H. A. B.

El delito enrostrado fue “abuso deshonesto agravado en concurso real con corrupción de menores agravada”.

Asimismo, declaró la responsabilidad del Estado Nacional ante la omisión del cumplimiento de las obligaciones asumidas respecto de la prevención, investigación y sanción de delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes, tras haber tardado 25 años en modificar la ley de prescripción en protección de la Niñez.

Se supo que al agresor le quedará una marca en el Registro Nacional de Reincidencia.