Cuando los padres se agotan del cuidado

El síndrome de “burnout” parental, también conocido como síndrome de los padres quemados, es una preocupante realidad que afecta a numerosos padres en su día a día. Esta condición se caracteriza por una carga emocional y física crónica, derivada de la incapacidad de los padres para regular su estado emocional debido a la sobrecarga de responsabilidades que implica la crianza.

Tristana Suárez, psicóloga, detalla los síntomas del síndrome de "burnout" parental, que incluyen fatiga, irritabilidad y falta de paciencia, los cuales impactan negativamente en la relación con los hijos. Esta dinámica puede llevar a que los niños manifiesten comportamientos desafiantes y demandantes como respuesta a la falta de atención y cuidado por parte de los padres.

Las causas de este síndrome son diversas y van desde la carga laboral fuera del hogar hasta problemas económicos o la falta de apoyo social. La falta de conciliación familiar también contribuye a esta situación, generando frustración y agotamiento en los padres.

Para enfrentar este desafío, los expertos proponen una serie de medidas como aceptar la importancia del autocuidado, compartir los sentimientos con la pareja y buscar ayuda externa en el cuidado de los hijos. Es fundamental reconocer que no existe un modelo perfecto de crianza y que es necesario priorizar el bienestar propio para brindar una atención adecuada a los hijos.

Además, es importante tener en cuenta que ciertos rasgos de personalidad, como el perfeccionismo y la dificultad para poner límites, pueden aumentar la susceptibilidad al síndrome de "burnout" parental. Reconocer estos factores y buscar apoyo profesional puede ser crucial en el camino hacia una crianza más equilibrada y saludable.

En última instancia, es necesario destacar que la crianza demanda un esfuerzo considerable y que los padres deben aprender a reconocer sus propios límites y necesidades. Negarse el descanso y la gratificación personal solo contribuirá a perpetuar el ciclo de agotamiento y desgaste emocional.