La banda de los “sindi” ahora atacó a un médico
Edición Impresa | 2 de Abril de 2024 | 02:38

Un médico que salía en bicicleta de su departamento de la zona del Parque Saavedra, fue blanco de un asalto.
Según pudo saber este diario, o interceptaron dos delincuentes en moto, quienes no mostraron armas, pero sí violencia verbal, suficiente para desapoderarlo de un teléfono celular y una mochila, donde guardaba distintos efectos de valor.
Esta vez, el rodado de su pertenencia no fue de interés de los ladrones.
Entre los faltantes, como se dijo, el profesional enumeró el teléfono, un equipo de mate completo, una campera rompeviento, un par de auriculares, un juego de llaves de su casa, más la tarjeta magnética del acceso al edificio, una billetera con documentación personal y profesional y unos 7.000 pesos en efectivo.
La fuga fue hacia la calle 11, pero ahí les perdió el rastro.
La víctima declaró que lo sorprendieron en contramano y que observó un dato que le llamó la atención: al motochorro que oficiaba de acompañante le faltaban varias piezas dentales.
También se conoció que, de un rastrillaje que el damnificado realizó en una aplicación, el aparato móvil impactaba en Altos de San Lorenzo.
Respecto de los autores del golpe, a quienes buscan por cámaras, o existen muchos delincuentes con dentadura incompleta o estamos hablando de los mismos.
Precisamente, este diario ya publicó varios casos donde las personas asaltadas hacían mención a ese detalle. A la sonrisa que mete miedo.
Uno de ellos ocurrió en 14 entre 34 y 35, a principio de mes, cuando dos ladrones ganaron el interior de la propiedad de una jubilada, donde permanecieron por un par de dos horas.
Los informantes en aquel momento contaron que a la mujer, en medio de ese interminable calvario, le sacaron de todo. Hasta una alianza marital, que guardaba como recuerdo de su marido fallecido hace unos años.
“Danos todo, porque te arrancamos un dedo”, le habría dicho uno de los asaltantes. Pero la abuela juraba no tener más de lo que ya le habían sacado.
El hecho, como se dijo, tendría vinculación por sus responsables con otro sucedido a principios de 2024, en Ringuelet.
Los delincuentes, en aquella oportunidad, sorprendieron a una vecina cuando se encontraba descansando en su domicilio y no escatimaron en insultos y amenazas para pulverizar su voluntad y obtener el dato sobre dónde tenía guardados sus ahorros.
Como sucede en la mayoría de este tipo de incursiones, los ladrones se ampararon en la oscuridad y el escaso movimiento nocturno para cometer su ataque y reducir al máximo la posibilidad de que alguien pudiera descubrirlos.
Pasó en 517 entre 2 y 2 bis, hasta donde llegaron los dos desconocidos, cuyas edades no pudieron ser precisadas por un lado, porque ambos tenían buena parte del rostro cubierto y, por otro, debido al estado de nerviosismo de la víctima.
A la damnificada le pegaron en la cabeza y la tomaron del cuello.
Todo apunta a que, al final, la soltaron, porque la vieron desmayarse. Pero transcurridos unos minutos, la vecina logró reponerse y dio aviso al 911.
La información que le pasó a la Policía decía claramente: “A los delincuentes le faltaba una de la paletas”.
¿Serán los mismos? Esa es la hipótesis que intentan develar los investigadores.
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