Bernardo Quesney, sobre “Historia y geografía”: “Queríamos hacer esta película como un bicho raro”

Bernardo Quesney empezó a pensar “Historia y geografía” mientras hacía, hace un lustro o más, un taller de teatro. “Lo disfruté mucho, me reí, aprendí… y desde lejos sentía que se podía ver muy cómico”, relata el cineasta chileno. Así es que se le apareció la pregunta: “¿Qué pasa si este taller de teatro fuera comandado por una profesora sin aptitudes?”

La respuesta es “Historia y geografía”, comedia chilena que se estrenó el lunes en el Bafici, el festival de cine independiente de Buenos Aires. La película sigue a Gioconda Martínez, una recordada actriz de televisión cómica, que decide volver a su ciudad natal, San Felipe, ciudad también del director de “Desastres naturales”, a montar una obra de teatro sobre la conquista de Chile para recuperar el reconocimiento artístico que creyó haber perdido, pero que nunca tuvo. 

- La película atraviesa además del mundo del teatro, cuestiones sobre la identidad chilena.

- Cuando empezamos a entender que este personaje sufría una crisis de identidad, con su personaje, con lo que ha hecho toda la vida, cuestionando si estuvo bien ocupar ese humor, se nos ocurrió que se encargara de un texto tan complejo como “La Araucana”: es un texto escrito por un español, pero que en Chile fue muy importante para la independencia, para gestar un mito nacional. Pero es un mito que ni siquiera vivió tanto el momento: es decir, estamos viviendo sobre un mito falso, pero la gente lo necesita para la construcción de una identidad, de un país. El problema es que se ocupó ese mito, pero a lo largo de las décadas no se respeta al mapuche: a lo largo de los años se ha quitado derechos, destruido casas, el lugar sigue estando militarizado… Lo encuentro raro. Entonces, de ese mismo texto surgen diferentes visiones.

- ¿La cuestión mapuche se discute actualmente en Chile?

- Siempre ha sido un tema muy importante de discusión, una piedra en el zapato para el país. Nadie quiere hacerse cargo. Incluso cuando se hizo la nueva Constitución y buscó integrar al país, tener un país plurinacional, se rechazó: y generaba tanto escándalo en los sectores de derecha darle tanta cabida a los mapuches. Y entonces estamos en el mismo punto de partido, hemos pasado por dos constituciones fallidas, y estamos con un gobierno que no sabe cómo controlar el problema de la Araucanía.

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- Y respecto del tema de los pueblos originarios, ¿cómo ha sido la reacción en Bafici, en Argentina?

- Lo que me sorprendió es que el humor funcionaba, también la crítica: hay algo universal, no es solo en Chile esta mezcla de identidad. Y en ambos países el tema mapuche siempre ha sido polémico, los diarios siempre quieren destruir esa noticia, que se sepa poco.

- Mencionabas que funciona el humor, y quiero hablar de comedia. De Chile, a Argentina, no llegan comedias. ¿Hay pocas comedias en Chile?

- Hay muy poca comedia en el cine chileno. Hay un miedo nacional a las comedias, en algún momento estuvimos llenos de comedia pero comedias que se veían solo en Chile, con gente de la televisión, y ganchos de otras cosas, un programa de radio que le fue bien y entonces se hace una comedia… Muchas comedias que solo funcionaban en Chile. Lo que queríamos de “Historia y geografía” era que tuviera un humor chileno, pero también un humor extraño, de observación, que fuera crítico. Y en ese sentido no es una película muy comercial.

- No es una película comercial, decís. Y en los festivales tampoco hay tanta comedia, aunque justo el Bafici tiene una sección de comedia. Quiero decir: tampoco el circuito de festivales va a ser muy amable con tu película, tiene un recorrido difícil. ¿Esto lo tuviste en cuenta al hacer la película, o simplemente querías hacer esta película?

Én el cine chileno hay muchas películas comerciales, también películas que reaccionen a cierto estilo de festival, a un público europeo. Nosotros pensamos en hacer la comedia que queríamos hacer, y algo que nos ayudó para su distribución en Chile es que tenemos las actrices más importantes del teatro: Amparo Noguera, muy conocida en Chile, Catalina Saavedra, que fue nominada este año al Independent Spirit Awards, Paulina Urrutia, que viene del Oscar, donde estuvo nominado el documental sobre su vida. Eso nos ayudó a nivel chileno, y a nivel internacional, bueno, no lo pensamos: queríamos hacer esta película como un bicho raro. Sabíamos que había un límite al hacer una comedia.

- Chile viene de su crisis en 2019, y ahora venís a un país en crisis a mostrar la película. ¿La comedia sirve en estos momentos, para hacer catarsis, pensás al género como algo útil?

Nosotros hablamos de una pequeña debacle cultural que estamos teniendo en Chile, hay poco espacio para el teatro, y está todo muy legislado por la gran industria: la cultura en Chile es difícil, siempre ha sido como un hermano pobre, y aún así hemos tenido premios, gente increíble, pero desde el esfuerzo. Y en ese sentido, para mi la comedia es super poderosa, para instalar debates, para instalar críticas. Y más que hacer reir por hacer reir, la risa parte en la película de elementos reales: yo grabo un centro cultural que está en la mierda, y está de verdad en la mierda. Filmé mi ciudad, no hay exageración. Entonces, se ríen de algo que pasa, y eso lleva a hacer un análisis. 

- Y en ese sentido, ¿cómo ha sido ser parte de este Bafici mientras la cultura alrededor se derrumba en Argentina?

- Lo encuentro terrible. Lo que quiere hacer Milei no es el camino. Nosotros como chilenos siempre admiramos la capacidad cultural de los argentinos, su clase media muy educada. Entonces me da miedo tanto corte, lo que pasa con el INCAA, con el Gaumont: no creo que nuestro estilo neoliberal sea el camino.