Entraron a una casa y se llevaron hasta las camisetas enmarcadas

Ya no queda sector ni franja horaria en la que vecinos y comerciantes de la Región puedan sentirse resguardados de la inseguridad. Es una situación tan desesperante como real, como lo pueden certificar quienes día tras día van ingresando a la extensa lista de víctimas de atracos cometidos con toda una gama de modalidades.

En las últimas horas, a esa triste nómina se sumó una familia cuya vivienda se encuentra en un sector de Barrio Aeropuerto. En ese lugar la modalidad escruche nuevamente resultó efectiva para una banda que cosechó significativos dividendos tanto en dinero como en electrodomésticos.

El inmoral acto fue cometido en la calle 661 entre 9 y 10. El escruche, como se conoce en la jerga policial a los robos cometidos en ausencia de los propietarios, ocurrió en horas del mediodía, según se calcula a partir de un cabo suelto que habrían dejado los hampones durante su huída.

Como cada jornada, la familia abandonó su casa a eso de las 7 de la mañana para cumplir con sus compromisos laborales y escolares. Y cuando volvieron, alrededor de las 16 horas, se encontraron con un verdadero desastre. Hace un tiempo los dueños habían decidido reforzar la seguridad de su domicilio. Para ello mandaron a colocar rejas en todas las aberturas, salvo en las que se encontraban en la planta alta de la vivienda.

Muy probablemente debieron haber pensado que iban a incurrir en un gasto innecesario. Después de todo, las ventanas estaban altas y, salvo que trajeran una escalera, era medio imposible ingresar por ese lugar. Sin embargo, no tuvieron en cuenta que los ladrones especializados en escruches piensan y procesan en otra sintonía. Siempre y cuando el botín valga el esfuerzo, se las terminan arreglando para cumplir su objetivo.

No se sabe cuál fue el método que emplearon pero, a plena luz del día, terminaron llegando a las ventanas de la planta alta. Una vez que tuvieron acceso a las habitaciones, comenzaron a hurgar entre las pertenencias de los damnificados.

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Se apoderaron de una Playstation 3, una tv de 43 pulgadas, otra de 39 pulgadas, un parlante portátil, varias botellas de bebidas alcohólicas, 24 latas de cerveza, camisetas de fútbol de Gimnasia enmarcadas, remeras de rock y varios pares de zapatillas. Todo eso lo sacaron por la misma ventana por la que ingresaron. ¿Lo arrojaron? ¿Hicieron un pasamanos? ¿Usaron una polea? La única certeza que se tiene es que no abrieron la puerta principal.

El otro dato concreto es lo que encontró un vecino en la calle, minutos después del mediodía. Si bien no vio pasar al contingente de ladrones, encontró una prenda con el nombre de la víctima y dos pares de zapatillas tirados en la cinta asfáltica. Le llamó la atención porque “tenían pinta de nuevos”. Todo apunta a que descartaron estos elementos porque no les servían. Ahora los investigadores intentan descifrar cómo se llevaron todo el cargamento.

El audaz episodio delictivo fue cometido en una vivienda ubicada en la calle 661 e/ 9 y 10