Real Madrid indomable y "a llorar a la iglesia"
| 11 de Mayo de 2024 | 16:35

Real Madrid sigue siendo EL equipo. Otra vez campeón de España y ahora a las puertas de la que podría ser su décimoquinta Champions. Ya había eliminado con suerte y por penales al Manchester City de Pep Guardiola, que lo había superado en juego, por momentos de modo claro, como en años anteriores.
Esta semana eliminó a Bayern Munich. Perdía 1-0, inmerecidamente, a solo dos minutos de que se cumplieran los noventa reglamentarios. El arquero Manuel Neuer, que había sido la gran figura del equipo alemán, dio un rebote tonto a los 88’ y fue el 1-1. Tres minutos después Joselu hizo doblete, anulado en el campo, revertido luego por el VAR, que marcó posición “onside” del goleador español. 2-1.
Hasta allí podríamos destacar que Real Madrid es indomable. Su historia de remontadas notables en el Bernabéu otra vez allí. Sucedió que, ya en el minuto doce del descuento, llegó un pelotazo al área, su defensa se distrajo y Bayern Munich anotó el 2-2. Pero el línea había levantado bandera de modo insólito dos segundos antes del gol. Insólito porque la línea era muy justa y lo correcto habría sido dejar seguir para que luego, si era necesario, decidiera el VAR. Pero el línea levantó bandera y el árbitro Szymon Marciniak (el mismo de la final que Argentina le ganó a Francia en Qatar) sonó su pito también de inmediato. Es decir, gol no válido. Y sin chance de que el VAR corrigiera, porque el silbato había sonado antes del gol. Lo peor se conoció luego: el gol era válido. El neerlandés de Bayern Munich, Matthijs de Ligt, no estaba offside.
¿Y ahora? A llorar a la iglesia, decimos aquí. El error fue tan pero tan grosero que abrió sospechas. Porque Real Madrid parece favorito para la final del 1 de junio en Wembley contra Borussia Dortmund, rival inesperado. Real Madrid fue declarado por la FIFA como el mejor equipo del siglo 20 y está en la pole para ser el equipo del siglo 21 (tiene a Vinicius y la próxima temporada llegará Kylian Mbappé). Pero, un simple repaso de las últimas Champions, muestra ya demasiados errores arbitrales que terminan beneficiándolo. Solemos mirar con ojos de pura envidia de qué modo la UEFA resuelve situaciones polémicas propias del fútbol, y lo contrastamos con deficiencias de la Conmebol o, en nuestro caso, de la AFA. Hubo sin embargo mucho silencio de radio en este caso. Y allí está el Real Madrid del todopoderoso presidente Florentino Pérez otra vez finalista de la Champions. Otra vez a punto de coronarse como el mejor. A la vista de todos.
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