Almafuerte: uno de los cinco sabios de la Ciudad

A punto de cumplirse 170 de su nacimiento, un recorrido por la vida y obra del poeta Pedro Bonifacio Palacios

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En una oficinita atestada de libros, a principios de los setenta, Jorge Luis Borges, entonces director de la Biblioteca Nacional, fue consultado por Fernando Sorrentino sobre qué cinco nombres no podrían faltar en una historia de la literatura argentina. La respuesta del ilustre escritor argentino fue reveladora: “Caramba, qué pregunta difícil… En primer término: Sarmiento; luego, Ascasubi; luego, Hernández; luego, Lugones, y luego… estamos ya bastante cerca de nuestra época, y voy a quedar mal con algún contemporáneo… Pero, digamos… Podría ser Almafuerte”.

Así, Pedro Bonifacio Palacios, conocido por su seudónimo Almafuerte, se erige como una figura fundamental en la literatura argentina, un poeta que retrató como pocos la realidad de su época y cuya influencia perdura hasta nuestros días.

LA VIDA

Pedro Bonifacio Palacios nació en La Matanza, actual partido de San Justo, el 13 de mayo de 1854. Huérfano de madre y abandonado por su padre, a los cinco años queda al cuidado de unos parientes. Realizó estudios en Buenos Aires y a los 16 años estaba al frente de un aula en la Parroquia de la Piedad de Balvanera. Aunque su verdadera pasión era el dibujo, su solicitud de beca para estudiar pintura en Europa fue negada, lo que lo llevó a dedicarse a la docencia.

Su vida estuvo marcada por su rebeldía innata a la autoridad y las formalidades. Fue despedido en varias ocasiones debido a la falta de título habilitante, pero Almafuerte fue un maestro que no necesitó títulos para dejar una huella imborrable en la literatura y en la sociedad argentina.

Comenzó una prolífica carrera en los medios periodísticos y fundó un periódico en Chacabuco. Su obra periodística estuvo marcada por su oposición al gobierno de Juárez Celman, lo que le valió el despido de varios de sus cargos.

A partir de 1892, comenzó a publicar literatura con más asiduidad bajo el seudónimo definitivo de Almafuerte, destacándose por una poesía épica-social que reflejaba las penurias y las injusticias de la sociedad de su tiempo. A medida que radicalizaba sus posiciones políticas, su obra adquiría menor vuelo poético pero ganaba en ideas y apóstrofes.

LA POBREZA

En 1887, decide instalarse en La Plata, donde trabajó como bibliotecario y prosecretario de los diputados provinciales hasta que en 1898 se suprimió su cargo. Se vio obligado a vivir de manera penosa entre los rancheríos del conurbano y las cercanías platenses. A pesar de las dificultades económicas, continuó su labor literaria, publicando en distintos medios y acogiendo y educando a niños de la calle en su humilde morada.

Almafuerte regresó a la arena política en 1905, pero nuevamente fue apartado por el carácter belicoso de sus arengas. En 1913, comenzó a revalorizarse su obra y organizó una serie de conferencias en distintas ciudades del interior del país. Unos años después, accedió a una pensión vitalicia del Congreso de la Nación, en reconocimiento a su trayectoria como poeta y a su compromiso con las causas sociales.

Falleció el 28 de febrero de 1917, dejando una obra que se revalorizaría con el tiempo y que hoy es considerada fundamental en la literatura argentina. Sus obras en vida se reunieron en dos volúmenes, “Lamentaciones” en 1906, que contiene “El Misionero” y otros poemas; y “Almafuerte y la guerra (prosa y verso)” en 1913. Recién en 1930 se completaron con las Obras Completas a cargo del gobierno provincial.

EL LEGADO

La figura de Almafuerte ha trascendido la literatura para convertirse en un símbolo de rebeldía y lucha por la justicia social. Sus versos, intensos y apasionados, siguen resonando en la conciencia colectiva, inspirando a generaciones de argentinos a no rendirse frente a la adversidad.

Jorge Luis Borges, uno de los mayores exponentes de la literatura argentina, lo admiraba profundamente y consideraba que su obra había escrito los mejores y los peores versos de la lengua castellana. Para Borges, Almafuerte era más que un poeta, era un hombre singular cuya filosofía y ética merecían ser estudiadas y valoradas.

 

Poesías completas
ALMAFUERTE
Editorial: Losada
Páginas: 456
Precio: $14.000
Almafuerte

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