Señales de lanzamiento, el vacío de Máximo y preparativos para la pelea de fondo

Edición Impresa

José Picón

jpicon@eldia.com

Axel Kicillof coronó una semana puertas afuera de la Provincia que incluyó visitas a Chubut y Santa Fe con una señal política fuerte: convocó ayer a la construcción de una “alternativa popular” frente al gobierno de Javier Milei. Ese llamado de alguna forma aceleró los tiempos políticos del peronismo porque se asemejó mucho al virtual lanzamiento de un proyecto político con pretensiones presidenciales. También, pese a algunos intentos reservados por suavizar la disputa, agudizó la interna entre el Gobernador y La Cámpora.

Luego de semanas de intensas discusiones internas a cielo abierto, algo poco usual para el kirchnerismo, Kicillof y Máximo Kirchner retomaron el diálogo. Dicen que fue a través de un cruce de mensajes de Whats App en los que el Gobernador invitó al jefe del peronismo bonaerense a participar del acto que el mandatario encabezó ayer en Florencio Varela. El hijo de la ex presidenta, acaso previendo el tenor del mensaje final, declinó el convite, en un claro mensaje de que la tensión no ha bajado.

Máximo hizo algo más: La Cámpora, como para dejar en claro que no piensa por ahora sumarse a la proyección nacional que procura Kicillof, la vació el plenario.

El Gobernador, hacia adentro del kirchnerismo, busca no tensar la cuerda con Máximo Kirchner. Reunió a su gente de confianza tras aquél contacto. “No sumemos un ismo más”, les lanzó como para desalentar que se empiece a hablar de “kicillofismo”. La señal que buscó enviar es que no se alimente cada movida como un gesto de independencia. De hecho, reivindicó en varios párrafos de su mensaje a Cristina Kirchner.

Pero ese gesto no implica desistir de robustecer un espacio de poder propio. Kicillof seguirá dando pasos en ese armado a través de algunos dirigentes de su confianza como los ministros Carlos Bianco y Andrés “Cuervo” Larroque. En términos de exposición pública, cree que le es mucho más redituable en la coyuntura mostrar el perfil nacional que procuró delinear en las visitas que realizó hace algunas horas a Chubut y Santa Fe para reunirse con los gobernadores Ignacio Torres y Maximiliano Pullaro. Con un condimento esencial: exhibirse como el principal opositor al presidente Javier Milei a quien zamarreó en su discurso. Profundizó esa idea en el acto de Florencio Varela, donde evitó referirse a la interna con Máximo Kirchner y en cambio, cargó duro contra el Presidente.

Para Milei, Kicillof es uno de sus blancos preferidos. La animosidad es recíproca y, si se quiere, funcional a ambos. Ayer el Presidente salió a chicanear a Pullaro y Torres por haberse reunido con Kicillof. “Si les gusta abrazarse a un salvavidas de plomo...”, disparó el mandatario desde España, entre otros mensajes descalificadores dirigidos a la figura del mandatario bonaerense.

“La Cámpora dejó expuesta la tensión con Kicillof y no envió emisarios al acto con aroma a lanzamiento que encabezó el Gobernador”

Esos cruces empiezan de algún modo a preparar el terreno para la disputa electoral del año que viene. Los libertarios comenzaron a mover varias fichas pensando en el armado bonaerense para enfrentar a Kicillof y sacaron a la cancha a José Luis Espert. El diputado nacional y economista se reunió hace algunos días con su tropa de la Provincia como para robustecer las versiones que indican que sería el elegido por Milei para encabezar la lista de diputados nacionales.

Esas señales se conjugaron con otras, como la sorpresiva reunión que Sebastián Pareja, el armador bonaerense de La Libertad Avanza que tiene la bendición adicional de Karina Milei, mantuvo con diputados y senadores en la Legislatura. Hay quienes dicen que uno de los objetivos de ese movimiento fue intentar aplacar la amenaza de portazo de uno de los diputados que todavía juega en la escudería mileísta oficial.

No fueron las únicas novedades. Patricia Bullrich puso a su sector del PRO rumbo a un acuerdo anticipado con Milei. Allí pivotean algunos dirigentes bonaerenses como Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero que tiene puerta de acceso preferencial a la Quinta de Olivos.

Todos estos movimientos se registran en sintonía con el regreso de Mauricio Macri al control partidario. Enemistado con Bullrich, el ex presidente procura ponerle freno al entusiasmo de no pocos dirigentes de su espacio por irse ya a los brazos de Milei.

Macri estima que el PRO debe volver a tener identidad propia para luego, eventualmente, hablar de un acuerdo con la Casa Rosada. Hay quienes dicen que incluso no descartaría presentarse como candidato a senador nacional por Capital Federal con ese mismo objetivo. Casualmente, el mismo destino que, se dice, perseguiría Bullrich.

 

Panorama bonaerense

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE