Las reparaciones ganan terreno en la Ciudad

Comprar electrodomésticos nuevos se volvió algo inalcanzable para muchas familias por lo que desde hace un tiempo los platenses optan por reparar los artefactos que ya tienen en su casas, lo que genera colapso en los talleres de mantenimiento.

Antes la diferencia entre el arreglo y el valor de un nuevo artefacto no era tan grande, pero con el aumento de los últimos meses -sobre todo en los electrodomésticos de línea blanca- la brecha se amplió y los platenses optan por estirar la vida útil de los aparatos que ya tengan en sus casas.

“En este momento la gente intenta reparar todo lo que se pueda, lo que se le rompa en el momento”, afirmó José Luis Herrera, dueño del servicio técnico de 77 bis entre 8 y 9, quien aseguró que en su local lo que más se ve son televisores “ya que los nuevos se fueron por las nubes”.

“En este momento la gente intenta reparar todo lo que se pueda, los nuevos se fueron por las nubes”

“Microondas y hornos eléctricos, estufas, calefactores y electrodomésticos pequeños como batidoras o licuadoras”, completan la lista de los artefactos más reparados según el especialista quien aclaró que el problema con los pequeños electrodomésticos es que “en la mayoría de los casos no conviene repararlos porque al ser caros los repuestos, sumado a la mano de obra, el presupuesto final se acerca mucho al valor de uno nuevo”.

Desde otro servicio técnico de la Ciudad, mencionaron que durante estos meses “lo que más se repara son los electrodomésticos esenciales para la calefacción y aseo como los caloventores, estufas, termotanques y conectores”. Además como ocurre en cualquier época del año pican en punta “los que son considerados como ‘de primera necesidad’, es decir, lavarropas, secarropas, microondas, hornos eléctricos”.

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Los valores

El costo final varía según el tipo de artefacto, pero para que los vecinos puedan tener un panorama de lo que se encontrarán el piso comienza en los $35.000, indicaron desde el servicio técnico de 60 y 27. En su caso lo que más demanda son los lavarropas y secarropas, “también puede haber algún microondas o ahora que hace frío la colocación de algún aire acondicionado. Pero todos los años en esta época lo que más se repara son los lavarropas y secarropas” señaló el encargado.

De todos modos es difícil establecer un precio fijo para todos los electrodomésticos incluso si se trata del mismo tipo de artefacto debido a “que los repuestos son importados y están sujetos al dólar, entonces tenés que ir viendo sobre la marcha. Es bastante inestable y más ahora”, explicó Herrera.

“Reparamos una licuadora en $40.000, cuando una nueva de ese modelo valía $80.000”

“En el caso de los televisores, los de 32 pulgadas por ejemplo, una reparación puede rondar en $80.000, cuánto más grande es más caro salen los repuestos y por ende la reparación. Además hay que tener en cuenta que al ser más grande es más complejo”, detalló Herrera y añadió que “hace unos días reparamos una licuadora en $40.000, cuando una nueva de ese modelo valía $80.000, por lo que el cliente no dudó en repararla”.

En ese sentido, destacó que “a veces no solamente depende del tamaño sino de la complejidad de electrodoméstico. Por ejemplo un horno de pan (de esos que amasan y cocinan a la vez) solo para cambiar una correa tenés que desarmarlo íntegramente, es bastante trabajo, entonces eso tal vez se cobra un poquito más. Una notebook, es algo más chico pero muy complejo y además tiene un costo elevado, entonces tenemos que hacer un equilibrio”.

Cuidar al cliente

“Hay muchos que nos llevan cosas sin tener una mínima idea de lo que cuesta una reparación y tal vez no tienen el dinero”, comentó el técnico de calle 77 bis y detalló que por ese motivo “primero reviso el equipo y le digo lo que tiene, lo que sale la reparación y el cliente ahí decide si lo quiere arreglar o no”.

Para él, esa es una diferencia distintiva de su local, “me manejo totalmente diferente a los demás técnicos, soy un poco más empático por llamarlo de alguna manera”. Es que a su entender “en la mayoría de los lugares hasta cierto monto te lo reparan sin preguntar, solo le avisan al cliente cuando el presupuesto supera ese monto. Nosotros nos manejamos diferente porque sabemos lo que le cuesta a la gente, revisamos el artefacto, averiguamos lo que vale el repuesto, le sumamos nuestra mano de obra y de ahí sale el precio y el cliente decide si lo arregla”.