Problemas para China: su población envejece velozmente

La política del hijo único, que favoreció el crecimiento económico en ese país, ahora pasa factura con un rápido envejecimiento poblacional. La crisis se profundizaría a fin de siglo

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Lanzada hace más de cuatro décadas, la política del hijo único representó un factor clave en el milagro económico chino: impulsó el crecimiento de la fuerza de trabajo del país, al hacer que la proporción de personas en edad de trabajar creciera más rápido que la de sectores de la población que no trabajan, y favoreció el crecimiento a tasas récord. Sin embargo, ese proceso, ahora pasa factura: la población del gigante asiático está envejeciendo velozmente y se espera una dramática caída del número de habitantes para el final de este siglo.

Los datos surgen de una revisión elaborada por la ONU que muestran la velocidad del envejecimiento de la población que se está registrando en ese país y que promete ahondarse en los próximos años con consecuencias imprevisibles.

En este escenario, la política del hijo único jugó un papel clave. Fue a fines de la década del ´70 cuando los líderes chinos encabezados por Deng Xiaoping, temerosos de una explosión demográfica capaz de agotar los recursos del país, establecieron esa medida de control de la población que disponía para las zonas urbanas la obligación de que cada pareja tuviera un solo hijo. La norma comenzó a regir en 1982 y se mantuvo vigente hasta 2015.

Con la medida, China aceleró una evolución hacia familias de menor tamaño que hubiera ocurrido de manera más gradual.

La política impulsó la fuerza laboral del país, ya que al haber menos chicos para cuidar, los jóvenes podían ser más productivos y ahorrar más plata. En el mismo momento en que China abría su economía, la proporción de chinos en edad de trabajar creció más rápido que la de los sectores de la población que no trabajaban, un factor clave en el milagro económico chino.

Pero la política implicaba un precio a pagar, que China está enfrentando ahora, ya que limitar los nacimientos en aquel entonces significa menos trabajadores ahora y menos mujeres para dar a luz.

En ese sentido, el pronóstico elaborado por las Naciones Unidas muestra qué tan rápido envejece la población china, que de acuerdo a las mismas estimaciones, podría reducirse en más de la mitad para fines de este siglo.

Un escenario complicado

La población de China caerá de los 1.400 millones actuales a 639 millones en 2100 según las estimaciones de la ONU dadas a conocer recientemente, una caída mucho más pronunciada que los 766,7 millones que el organismo predijo hace apenas dos años.

Con todo, hay proyecciones todavía más dramáticas sobre el tema: investigadores de la Universidad Victoria de Australia y de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái pronosticaron que China tendrá sólo 525 millones de habitantes a finales de siglo.

Para determinar cuál habría sido la trayectoria demográfica de China sin la política del hijo único, resulta útil la comparación con un grupo amplio de otros países del mundo.

Los demógrafos de la ONU ilustran cómo la ventana demográfica de China se abrió más rápido y más bruscamente que en otros países “menos desarrollados”, y se cerró con la misma rapidez.

La población china de entre 20 y 64 años (edad en la que la gente tiene más probabilidades de trabajar) creció más rápido que los niños y los ancianos en los años posteriores a la implementación de la política del hijo único. Pero antes de que la política dejara de estar vigente, las trayectorias ya se habían invertido. El grupo más amplio de otros países muestra una evolución más fluida, con una ventana demográfica que se prolongará hasta bien entrada la década de 2040.

Con la apertura de China a Occidente, se convirtió en la fábrica del mundo con millones de jóvenes decididos a trabajar.

En las décadas siguientes, el crecimiento chino superó porcentajes de dos dígitos. Cuando estalló la crisis financiera mundial del 2008, China mantuvo su ritmo de crecimiento y se le atribuyó el mérito de haber ayudado a salvar la economía mundial.

Años más tarde, el gigante asiático superó a Japón como segunda economía mundial. Pero en 2013, el dividendo demográfico (el período en que el número de personas en edad de trabajar supera al de los que no lo están) de China había terminado prácticamente del todo, según una investigación de Andrew Mason , profesor emérito de economía de la Universidad de Hawai, y Wang Feng , profesor de sociología de la Universidad de California en Irvine.

En la actualidad la desaceleración del crecimiento económico y los cambios demográficos se retroalimentan entre sí y abren un escenario sombrío.

El futuro

Los analistas consideran probable que la población de China muestre un contraste en los próximos años, con países como la India, donde la distribución por edad sigue una progresión más natural, o la de Estados Unidos, donde los flujos de inmigrantes ayudan a contrarrestar el envejecimiento de la población.

La ONU postula en sus últimas proyecciones que para finales de siglo la población de Estados Unidos será aproximadamente dos tercios de la de China, en comparación con menos de un cuarto en la actualidad. Para entonces, la India, que ya superó a China como el país más poblado del mundo, tendrá más del doble de habitantes que China.

Pero el mayor impacto en China se espera que se sienta para mediados de siglo, cuando muchos de los nacidos durante la política del hijo único llegarán a la jubilación, al mismo tiempo que siguen cuidando de sus padres ancianos.

Según las proyecciones de las Naciones Unidas, para 2050 el 31% de los chinos tendrá 65 años o más.

Para 2100, esa proporción será del 46%, lo que representará casi la mitad de la población.

En Estados Unidos, se espera que esa proporción sea del 23% y el 28%, respectivamente.

Al mismo tiempo, las previsiones de la ONU prevén que los nacimientos en China caerán por debajo de los nueve millones este año. En 2022, se había pronosticado que en 2024 nacerían en China 10,6 millones de personas. Hoy se espera que en 2100 China tenga solo 3,1 millones de recién nacidos al año.

En la actualidad no sólo hay menos mujeres que dan a luz, sino que muchas jóvenes, conscientes del sufrimiento de sus madres durante la política de hijo único, están menos interesadas en el matrimonio y los hijos , lo que reduce la tasa de fertilidad.

Paralelamente , a medida que los nacimientos disminuyen, la población de ancianos de China crece. El país espera un excedente de más de 40 millones de nuevos jubilados (más que toda la población de Canadá) durante el período de cinco años que termina en 2025.

En ese marco, se espera que la tasa de apoyo a la vejez, un indicador aproximado del número de trabajadores por jubilado utilizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, disminuya de más de cuatro en la actualidad a menos de dos en 2050.

La política del hijo único significa hoy menos trabajadores y menos mujeres para dar a luz

Se espera que en 2100 China tenga solo 3,1 millones de recién nacidos al año

 

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