Lo ocurrido enfureció al técnico Diego Martínez
Edición Impresa | 17 de Julio de 2024 | 03:51

La no inscripción, en tiempo y forma, de los refuerzos, expuso a Diego Martínez, en su condición de entrenador, a un estado de cosas que de ninguna forma consideraba posible en la previa de la serie que Boca disputará con Independiente del Valle, por un lugar en los octavos de la Copa Sudamericana.
El conductor del equipo Xeneize se enfureció cuando le notificaron que cuatro futbolistas a los que consideraba para el partido de ida debían quedarse en Buenos Aires por no haber sido habilitados por la Conmebol a raíz de una “diferencia horaria”.
La bronca de Martínez se fundamentó en que considerando el panorama, con miras a la instancia que comenzará a desarrollarse esta noche, el club apuró las gestiones para completar el plantel reducido por convocatorias, lesiones y suspensiones, y pocas horas antes de salir a la cancha tuvo que desarmar todo lo preparado.
Los fichajes del chileno Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Milton Giménez, le aseguraban el recambio necesario para la llave eliminatoria, y con ellos trabajó durante los entrenamientos de preparación con miras al partido de ida, en Guayaquil.
Al término de la práctica del lunes, los movimientos de campo realizados por los Xeneizes permitían especular con un 11 inicial que por la tarde se derrumbó al confirmarse el error administrativo que dejó a las incorporaciones afuera de la lista, y para colmo sufrió la baja inesperada de Cavani, quien se había retirado del entrenamiento con una molestia.
Con este panorama, antes de subir al avión que trasladó a la delegación hasta Ecuador, el entrenador debió realizar un ensayo final con muchos juveniles.
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