En esta ocasión fue bastante frío, pero el Día del Amigo no pasó desapercibido

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No fue como en las jornadas que mejor se recuerdan pero en el rubro de la gastronomía se iba consolidando la idea de que el Día del Amigo ayudaría a que no fuera un sábado más de julio.

Según analizaba en el inicio del turno de la noche un dirigente empresarial, “viene bien. Hay un buen nivel de reservas y a eso se suma el movimiento habitual de un día sábado, donde todos salen un rato”.

Ahí, el vaso medio lleno en un escenario de crisis económica que no da para ilusionarse y vuelve a mostrar los dientes. Según la fuente consultada por este diario, las estimaciones indican un movimiento de dinero que estaría un “15 por ciento” por debajo de lo que se generó el año pasado.

Mientras se hacían cuentas en bares, cervecerías y restaurantes, en la calle se movían grupitos por el Centro. Desafiaban una tarde gris, con una llovizna capaz de perforar abrigos.

En muchos casos, ante la imposibilidad de la plaza o el parque, se imponían las casas como refugio para la charla extendida a media tarde o la cena.

Desde una cervecería de las inmediaciones de Plaza Moreno apuntaron también que la jornada venía bien con las reservas que habían tenido desde el viernes. “Este año, nos cayó el fin de semana el Día del Amigo y eso ayuda”, dijo el comerciante y destacó que en su agenda ya había mesas ocupadas desde la mañana hasta la noche. Todos cumplieron.

En un ambiente de bolsillos escasos, hay que hacer trabajar la imaginación y tentar. “Este año agregamos una oferta: con la hamburguesa o la pizza, la segunda bebida va sin cargo”, explicó.

Desde otra cervecería tradicional de la zona de Plaza San Martín se apuntó que “lo que se recomiendan son los platos para compartir como picada como picadas, salchichas, pizza. También tenemos opciones para veganos”, contó uno de los encargados del local, con experiencia en celebraciones.

 

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