Salvaje ataque a un matrimonio de abuelos para robarle sus celulares

La delincuencia en la Ciudad volvió a mostrar ayer la peor de sus facetas: la del ultraje combinado con la violencia.

Ocurrió durante un atraco ejecutado en la vivienda de un vecino del casco fundacional, demostrando de este modo que la Ciudad parece no tener paz en lo que se refiere a la inseguridad.

Justamente, el robo ocurrido en las últimas horas viene antecedido por un escalofriante episodio que tuvo lugar tan sólo unas horas antes.

El pasado miércoles, a plena luz del día, media docena de sujetos ingresaron a la casa de un vecino en las cercanías del Parque San Martín, en lo que representa una cabal demostración de la impunidad que existe en la Ciudad.

Según pudo saber este diario de fuentes policiales, el atraco ocurrió “a las 12 del mediodía” y la víctima, de quien se indicó que “tiene 75 años”, fue abordado por esta banda “cuando estaba abriendo la puerta de ingreso a su casa”, en la calle 29 entre 55 y 56.

En base a la versión oficial, uno de los asaltantes le puso un arma de fuego en el cuello al damnificado y amenazó con quitarle la vida si no cumplía con sus demandas.

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Un día después de este brutal episodio, un grupo de ladrones volvió a marcar negativamente la vida de un habitante de la Ciudad.

A los asaltantes no les bastó con apoderarse de los ahorros y objetos personales de las víctimas, un matrimonio cuyas edades rondan los 70 años, sino que además demostraron una total falta de escrúpulos al someterlos a toda una serie de tormentos.

Según pudo confirmar este diario, el hecho fue perpetrado por una banda de al menos tres delincuentes armados y con el rostro completamente cubierto, que ingresaron de noche a una finca ubicada en 37, entre 16 y 17.

La pareja se encontraba compartiendo la cena cuando escucharon ruidos en su puerta. Cuando se acercaron para ver qué sucedía se terminaron topando cara a cara con tres desconocidos que acababan de barretear su puerta y estaban dispuestos a todo.

Dos de ellos provistos de armas de fuego y el restante con una barreta, los ladrones no escatimaron en acciones violentas y castigaron de manera brutal al propietario del inmueble para que indicara dónde tenía sus ahorros.

Tanto al hombre como a su esposa los hicieron recorrer la casa mientras los tomaban de los pelos. Luego de varios minutos de registro, se dieron cuenta de que no hallarían más posesiones que los teléfonos de las víctimas y en ese marco decidieron huir con los dispositivos.