Otras dos cervecerías de la Región anunciaron que cierra: "Hasta pronto"

La crisis que golpea a comercios de distintos rubros se siente con fuerza en la Región. Otra cervecería de La Plata anunció que baja la persiana. Luego de una década de actividad, el Antares City Bell anunció su cierre. 

La propia cervecería fue quien oficializó la decisión. En una publicación difundida a través de Instagram: "Amigos y clientes: con mucha tristeza, les queremos comunicar el cierre del local. Estamos eternamente agradecidos por estos 8 años maravillosos que pasamos juntos. Hasta pronto. Antares City Bell", publicaron en sus redes los propietarios del negocio de calle Cantilo.

También en Ensenada

El local de Antares en Ensenada también dispuso su cierre: "Queríamos contarles que cerraremos las puertas de nuestro bar por un tiempo, pero como en muchas despedidas, esto no es un adiós sino un hasta luego".

"Queremos agradecerles por habernos elegido una y mil veces, por cada risa, alegría, llanto, festejo, abrazo y brindis en los que nos permitieron formar parte de sus vidas!", explicaron.

La crisis

La semana pasada fue el caso de un local de 64 entre 13 y 14, que siguió los pasos de un par de emprendimientos platenses del mismo rubro que este año bajó definitivamente las persianas. Hacía seis años que funcionaba frente al Parque Saavedra.

En los últimos cinco años, la Ciudad fue testigo de una variación constante en la curva de demanda. Dentro de la economía que genera la gastronomía, el sector se vino abajo con la pandemia. En 2020 casi no trabajó y después, promediando 2021, resurgió con todo; en especial las cervecerías, acompañadas por el impulso en el desarrollo de la producción artesanal. Desde 2023, y más profundamente en los meses de este año, las ventas sufrieron una fuerte caída, y mientras que algunas cervecerías con “más espaldas” que otras, sobreviven, comenzaron a cerrar aquellas de recursos más escasos.

Las dos cervecerías que pusieron punto final a la actividad en mayo pasado (una en diagonal 74 entre 49 y 50 y otra en la esquina de 12 y 47) fueron objeto del proceso de descenso en el consumo de servicios gastronómicos en general, que afectó de manera particular al rubro. En esos casos se combinaron la escasez de clientes y los altos costos de mantenimiento (el alquiler del local y el pago de las facturas de luz y gas y los impuestos y tasas correspondientes). Llegado el momento, luego de recurrir a algunos malabares, se decidió el cierre. No fueron las únicas: también bajó la persiana un local de una cadena nacional, situado en diagonal 74 entre 48 y 49.