Expresionismo abstracto Jackson Pollock, entre la técnica artística y las tragedias de la vida

Aunque su carrera como artista duró menos de 20 años, las contribuciones del pintor a la cultura fueron inmensas

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En el gran mundo del expresionismo abstracto, pocos nombres resuenan con la intensidad del de Jackson Pollock. Este pintor estadounidense, conocido por su técnica del goteo, se convirtió en un emblema de la vanguardia artística, mientras su vida personal reflejaba una serie de malas decisiones y tragedias. Se trata de una figura polarizante, que despierta tanto amor como aversión, pero su legado artístico es indiscutible. En el día de su paso a la inmortalidad, en día como hoy pero de 1956, un recorrido por su obra artística.

Nacido el 28 de enero de 1912 en Cody, Wyoming, Paul Jackson Pollock fue el hijo menor de una familia marcada por la inestabilidad y la violencia. Su padre, LeRoy Pollock, era alcohólico, y la familia se mudaba constantemente. Esta turbulencia en su infancia dejó una huella imborrable en Pollock, quien abandonó su hogar a los ocho años, buscando refugio en su hermano mayor, Charles, quien trató de asumir el papel de padre.

Desde joven, Jackson mostró un interés inusual por el arte. A los 16 años, dejó el instituto y se trasladó a Los Ángeles con su madre para estudiar en la Manual Arts High School. Fue un paso decisivo, ya que poco después, en 1927, se mudó a Nueva York para vivir con sus hermanos y se inscribió en la Liga de Estudiantes de Arte. Allí, bajo la tutela de Thomas Hart Benton, Pollock absorbió las influencias del regionalismo, que se centraba en representar a la clase obrera estadounidense.

A pesar de su formación, los demonios personales de Pollock no tardaron en manifestarse. La muerte de su padre en 1933 lo sumió en una profunda crisis, cayendo en el alcoholismo. Sin embargo, encontró un respiro en el Federal Arts Project, donde conoció a artistas como David Alfaro Siqueiros, quien le enseñó técnicas innovadoras como el goteo y el chorreo de pintura.

El año 1942 marcó un punto de inflexión en la vida de Pollock. En una exposición, conoció a Lee Krasner, una artista especializada en collage. La conexión entre ellos fue inmediata, tanto personal como artísticamente. Su relación potenció la creatividad de Pollock, llevándolo a crear obras emblemáticas como “Macho y Hembra”. Influencias de pintores europeos como Picasso y Miró comenzaron a aparecer en su trabajo, lo que culminó en la venta de “La Loba” al Museo de Arte Moderno de Nueva York, marcando su primer éxito financiero.

Pollock y Krasner se casaron en 1945 y se mudaron a Springs, Long Island. Con el apoyo de Peggy Guggenheim, adquirieron un granero que utilizaron como estudio. Fue aquí donde Pollock perfeccionó su técnica del dripping, convirtiendo el acto de pintar en una performance física, donde rociaba y espatulaba pintura sobre lienzos colocados en el suelo. Esta técnica, conocida como Action Painting, se convirtió en su sello distintivo.

A pesar de su éxito artístico, la lucha de Pollock con el alcoholismo continuó. A lo largo de los años, ingresó varias veces en centros de rehabilitación, sin lograr superar su adicción. Su esposa, Lee Krasner, jugó un papel crucial en su vida, tratando de mantenerlo sobrio y apoyándolo en su carrera. Sin embargo, los problemas personales de Pollock persistieron, afectando su creatividad y estabilidad emocional.

El final de la década de 1940 y principios de los 50 fue una época prolífica para Pollock. Obras como “Shooting Star”, “Number 8” y “Number 5” capturaron la atención del público y los críticos.

 

Jackson Pollock

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