El achique en los gastos llega hasta el consumo de los lácteos

El presupuesto de muchas familias ya no alcanza ni para comprar una leche al día, eso llevaría a una gran caída

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El consumo de lácteos, como otros productos esenciales de la canasta básica viene en caída, retrocedió 17,3 por ciento en toneladas y 14,4 por ciento en litros en el primer semestre del año en comparación con igual semestre del año pasado. “A partir de diciembre hasta ahora los precios subieron casi un 80 por ciento y eso afectó a todos los productos”, señaló Fernando Savore, dirigente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires.

El almacenero sostuvo que a partir de diciembre de 2023 los lácteos comenzaron a subir. “En enero se les aplicó un 12 por ciento, a los días otro 15 por ciento, en un mes aumentó dos veces y después otro 10, más otro 10, más un 5, más un 7; en lo que va del año los precios subieron casi un 80 por ciento”, dijo el dirigente.

En ese marco, alcanza ver que en diciembre un sachet de leche rondaba entre los 600 y 700 pesos y ahora cuesta entre 1.100 y 1.300 pesos.

“Lo que más castigó fue a los derivados lácteos, como los postres, quesos y yogures; además hay que pensar que 1.300 pesos de leche por día si se lo multiplica por los días del mes, da una suma que no puede pagar cualquiera”, apuntó Savore para explicar la caída en ventas de esos alimentos que, según su cálculo, ronda entre el 17 y el 20 por ciento.

En un supermercado cercano al Parque Alberti se informó que la mayor caída de ventas en lácteos se observa en leche, yogures y subproductos como postres y flanes. “En quesos no se redujo tanto porque la gente los utiliza para cocinar, como por ejemplo, el queso cremoso y la muzzarella”, dijo el comerciante consultado.

De acuerdo a distintos relevamientos, de persistir esta tendencia, el consumo de lácteos se encamina a terminar el año como el más bajo de la historia.

 

En 8 meses la leche aumentó casi un 80 por ciento y eso impactó en el consumo

 

Puntualmente, el consumo de lácteos retrocedió 17,3 por ciento en toneladas y 14,4 por ciento en litros en el primer semestre del año, frente al mismo periodo de 2023. Por eso se advierte que si continúa con esta tendencia terminará el 2024 como el registro más bajo de la historia, según un informe del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA).

El consumo anualizado per cápita, según los datos del primer semestre, indicó un consumo de 156,3 litros por habitante por año contra los 194 litros por habitante por año con que cerró el año 2023.

Con ese panorama, el reporte anticipó que el año 2024 podría cerrar como el de menor consumo que se tenga registro en nuestra historia.

Por caso, en 1990 se consumía 162 litros por habitante al año; en 2000 se alcanzó un pico de 227 litros por habitante al año. Tras la crisis se consumió 179 litros por habitante al año en 2003 y al cerrar el año 2015, se consumió 217 litros por habitante al año.

Al terminar el año 2019 se cayó a 182 litros por habitante al año y se cerró el año 2023 con un alza que alcanzó los 194 litros por habitante al año.

Al analizar el desempeño de la cadena por productos, las leches fluidas presentaron una caída del 23 por ciento en la comparación interanual de junio y acumularon un 16,2 por ciento de caída en el semestre.

La leche fluida no refrigerada cayó un 18,5 por ciento en el semestre y la refrigerada un 12,2 por ciento, mientras que las leches en polvo tuvieron un descenso interanual del 33 por ciento en junio y acumulan una caída del 30 por ciento en el semestre.

Al respecto, el informe indicó que “esto muestra que si bien todas cayeron, la larga vida tuvo una disminución del consumo más importante y la leche en polvo entera y semidescremada literalmente se desplomó”.

Desde junio se profundizó la baja del consumo, aún de las más baratas, según el estudio.

 

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