Jan Broberg: “Ha sido muy sanador contar mi historia”

Es actriz y productora de “Un amigo de la familia”, una serie basada en un estremecedor caso real, el suyo, cuando de niña fue víctima de un vecino siniestro que le robó su infancia. Se estrena hoy en Universal+

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María Virginia Bruno

vbruno@eldia.com

En los años 70, Jan Broberg vivía una infancia feliz en Pocatello, Idaho, Estados Unidos. Junto a su familia “normal”, iban a la Iglesia y hacían deportes, y compartían mucho tiempo con los Berchtold, vecinos y amigos, entre los que se escondía un monstruo, Robert, el padre del clan, que, entre manipulaciones, abusos y otros siniestros recursos llegó a secuestrar a la pequeña Jan en dos ocasiones.

El intrincado caso de Jan Broberg impactó a Estados Unidos, y fue contado en varios documentales (hay uno en Netflix), podcasts y artículos periodísticos, pero también en libros como “Inocencia robada”, escrito por la madre de Jan, Mary Ann. Pero ninguna de las producciones terminaba de convencer a la protagonista de la historia, que sentía que para que la gente pudiera realmente entender cómo fueron los hechos, les hacía falta algo más.

Y con esa intención nació “Un amigo de la familia”, serie de nueve episodios protagonizada por Jake Lacy, Colin Hanks, McKenna Grace y la ganadora del Oscar Anna Paquin, que desde hoy estará disponible en la plataforma de Universal+.

“A veces cortamos todo para que encaje en una pequeña caja, y es difícil que de ese modo la gente pueda entender y creer cómo fueron realmente las cosas. Pero la razón por la que esta serie es tan magnífica es porque te muestra el contexto, el tiempo que un depredador se toma para atacar”, aseguró Jan en diálogo con EL DIA a través de una videollamada.

Ese contexto está desarrollado en la producción y muestra cómo Robert Berchtold allanó el terreno con los Broberg para mostrar las garras en el momento indicado: las familias se convirtieron en mejores amigos, tanto padres como hijos, y hacían muchísimas actividades juntos, porque la confianza era total.

“Ver esto en una serie escrita con actores increíbles fue realmente como estar mirando a mi mamá, a mi papá y a mí misma en pantalla”, confesó Jan, que siguió de cerca la escritura del guion para asegurarse de que estuvieran contando la historia verdadera.

Broberg dijo que uno de sus objetivos con esta serie es que la gente pueda identificar las situaciones de peligro que ni ella ni su familia supieron advertir: “La idea es ver cómo manipularon a las familias, a todos los sistemas de iglesia, a todas las comunidades, a todos los equipos de deporte. Es algo que sucede todo el tiempo, y es alguien cercano a casa. Ese fue el mensaje más importante: ser engañado por alguien que piensas que conoces, amas y confías”.

Dentro del elenco se destaca la mismísima Jan que, en este caso, interpreta a la psicóloga que ayudó a su familia a sobrellevar el tormento. Para la actriz, ser parte de esta serie, tanto como intérprete como productora, fue un paso más en su lucha por cerrar sus heridas de la infancia.

“He leído un montón de libros. He conocido a un montón de diferentes terapistas. He hecho muchas terapias de alivio para mi sistema nervioso central. He aprendido a respirar. He hecho mucho para ayudarme a sanar. Pero contar tu historia es como el comienzo de una verdadera sanación. Ha sido muy sanador poder contar mi historia”, manifestó.

Jan no ha sido ajena a las críticas: mucha gente ha cuestionado el rol de su familia e, incluso, el de ella misma que, según contó en una entrevista, fue abusada sexualmente por su victimario en unas 200 oportunidades. Muchos no entienden cómo fue que cayó en las garras de un lobo disfrazado de cordero.

A lo largo de varios años, Robert Berchtold pudo manipular a la joven Jan, provocando una gran ruptura dentro de la familia. Usando su naturaleza encantadora y formas altamente manipuladoras, Robert atrajo a Jan lejos de su casa e incluso llegaría a seducir a sus padres para que tuvieran aventuras románticas con él. Al final de todo, el grupo familiar quedaría destrozado.

A pesar de los cuestionamientos, Jan no tiene reclamos para sus padres. “Ellos fueron la razón por la que yo sobreviví. La mayoría de los niños que son abusados son por uno de los padres. Eso no era el caso para mí, así que estoy muy agradecida por ellos”, remarcó.

En 2004, Jan estuvo cara a cara con su abusador: “fue como enfrentar a mi último miedo”

Berchtold no fue preso en los 70 porque logró escabullirse de la justicia alegando problemas mentales: solo estuvo seis meses en un psiquiátrico. Sin embargo, su obsesión por Jan continuó.

Entrados los 2000, con Jan dando conferencias por el mundo para alertar sobre los acosadores y el abuso sexual en la infancia, Berchtold se apareció en un encuentro de mujeres y con arma en mano la acusó a los gritos de difamación. Recién ahí, la justicia escuchó e interpuso una orden de alejamiento en su contra. Pero antes, víctima y victimario, se encontraron en una audiencia: “fue como enfrentarme a mi último miedo”.

“Al principio, me sentí como si tuviera 12 años, estaba como temblando. Y cuando él empezó a gritarme diciendo que yo quería convertir toda esta historia en una película, y que solo me interesaba hacer dinero, eso me enfureció y me empoderó. Entonces, volteé y le dije: “Sr. Berchtold, la única razón por la que estoy contando mi historia, es para proteger a la gente de monstruos como usted”. A partir de entonces, Jan tomó más coraje para seguir difundiendo su historia.

“Un amigo de la familia” es, según consideró, el reflejo más fiel que ha encontrado hasta el momento para hacerlo.

 

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