Gena Rowlands: adiós a una fuerza indómita del cine

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“Yo me muero con Gena Rowlands”, cantaba Fito Páez en “Circo Beat” el sentir de toda una generación de cinéfilos, intelectuales y artistas: Rowlands, que murió ayer, a los 94 años, fue junto a su marido, John Cassavetes, el epítome de lo cool, una pareja que desde la independencia rompió las convenciones del cine estadounidense. Cassavetes, el autor; Rowlands, la figura que en la pantalla desafiaba la representación de la mujer en el cine de Hollywood.

La noticia de la muerte de Rowlands fue confirmada anoche por el sitio TMZ: el hijo de la diva, Nick Cassavetes, había confirmado el año pasado que Gena tenía alzheimer. Se había retirado del cine en 2015, tras recibir un Oscar honorífico: había estado nominada por dos de las diez películas que filmó con Cassavetes, “Una mujer bajo la influencia” y “Gloria”, pero no ganó.

Su huella, sin embargo, fue mucho más importante que una estatuilla: aquellos años 70 en que la dupla Cassavetes-Rowlands empujó los límites era un tiempo en que se esperaba que las mujeres fueran dulces y obedientes en la pantalla y fuera de ella. Pero Rowlands buscaba personajes provocativos, interpretaciones cargadas de ambigüedad que desafiaran lo que se esperaba de un papel femenino en el cine norteamericano.

“Las mujeres estamos aplastadas por el peso de la convención, que distribuye nuestros roles como mujeres y como actrices. La convención pide que la mayor parte de esos personajes requieran poca potencia física, cosa rara ya que estamos obligadas a esfuerzos corporales tan extremos como tener hijos”, dijo, tiempo después.

Protagonista de otros clásicos como “La historia de Betty Ford” y “Noche de estreno”, las nuevas generaciones la recuerdan como la Allie adulta de “Diario de una pasión”, el melodrama protagonizado por Ryan Gosling y Rachel McAdams que dirigió Nick, hijo de la pareja.

Curiosamente, Rowlands hacía allí de una mujer mayor con alzheimer, la misma enfermedad que contrajo en el último tiempo, según reveló su familia el año pasado. La madre de Rowlands, la actriz Lady Rowlands, también la padecía: durante el rodaje Gena dijo que canalizó a su madre. Fue justamente ella quien insufló en Gena su vocación: le enseñó a leer muy tempranamente y con los libros, dijo, “es como si actuases para vos misma. Leyendo comencé a darme cuenta de que no vivías una sola vida: podías ser muchas personas y hacer muchas cosas”.

 

Gena Rowlands

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