Mal sueño y estrés: crecen las consultas y uso de psicofármacos
Edición Impresa | 5 de Agosto de 2024 | 04:07

La crisis económica, el desempleo, el vértigo de la vida moderna y el estrés son disparadores de mayores consultas en los consultorios de médicos psiquiatras y potencian el consumo de ansiolíticos, sedantes y melatonina, según perciben profesionales de la salud de nuestra ciudad.
La dispensa de medicamentos de venta libre y los recetados que apuntan a inducir el sueño ha crecido a un ritmo acelerado en la postpandemia, aseguran distintos especialistas.
“Lo primero que hay que señalar es que creció notablemente el número de consultas por el estrés laboral, los problemas económicos y el miedo a la desocupación”, opinó el médico psiquiatra Sergio Cuba, miembro de la comisión directiva de la Asociación Platense de Psiquiatría.
El profesional remarcó que “hay casos en los que consiguen la receta para la medicación que están buscando, en la primera o segunda consulta y después no siguen con el tratamiento”. Pero también se dan cuadros en los que “los tratamientos extienden su duración más allá de lo previsto. Ahora las situaciones son más complejas y no se resuelven en las consultas que en principio se estimaban”, añadió el psiquiatra platense.
En ese ámbito de la salud perciben que el cuadro de situación está cada vez más complicado. Porque crece la cantidad de gente que está fuera del sistema, que no tiene obra social y se encuentran con su sistema de salud pública saturado, por lo tanto no encuentran una respuesta. “Corren riesgo de la automedicación”, apuntó otro psiquiatra consultado.
En la Asociación Platense de Psiquiatría distintos profesionales comparten el diagnóstico del panorama actual. En los consultorios comenzó a aparecer con mayor frecuencia la consulta por el desempleo o el temor a perder el trabajo. “El efecto de la informalidad laboral se empieza a notar con mayor frecuencia. Pierden derechos, quedan vulnerables, se ven más exigidos de lo habitual, y prácticamente no se pueden enfermar porque no tienen licencia para falta”, sostiene Cuba.
Deudas, problemas para sostener la calidad de vida habitual, adoptar mayores compromisos laborales para cumplir con las obligaciones o sostener la calidad de vida, afectan el sueño y el descanso necesario para tener jornadas productivas.
En las farmacias
El fenómeno también se nota en las farmacias, donde aseguran que ha crecido la cantidad de pacientes que presentan cuadros de ansiedad y depresión y recurren a medicamentos de venta libre (melatolina) o recetados (psicofármacos).
En el colegio de Farmacéuticos de La Plata aseguran que “hay un crecimiento de dispensa de medicamentos para la inducción del sueño después de la pandemia, tanto de venta libre como recetados. Sedantes, ansiolíticos y otros medicamentos que ayuden a conciliar el sueño tuvieron un fuerte crecimiento”. Sin embargo, no hay cifras oficiales sobre ese incremento, según indicaron en la entidad profesional.
Cabe indicar que uno de los últimos informes estadísticos lo difundió el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, que lanzó una campaña para visibilizar y prevenir el creciente uso de psicofármacos.
La situación se agrava en quienes no tienen obra social, con mayor riesgo de automedicación
“Los indicadores en Argentina hablan por sí solos: en el primer trimestre de 2023 se vendieron más 12,7 millones de unidades. Los mayores incrementos, en unidades vendidas, respecto al año anterior, se registran con los sedantes (+10%), seguidos por los antipsicóticos (+6,5%) y los antidepresivos (+1,8%)”. Vale señalar que las cifras corresponden a un relevamiento realizado por el Observatorio de Salud, Medicamentos y Sociedad de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).
En el Observatorio de la Defensoría remarcaron que “el abuso y el uso indebido de psicofármacos pueden generar adicción y serios problemas en la salud. Resulta fundamental la prevención”
Además agregaron que, “el consumo de psicofármacos suele estar combinado a otros consumos problemáticos como alcohol o cocaína, es crucial que se tome conciencia que los psicofármacos sólo deben ser prescritos por profesionales y bajo receta archivada”.
EFECTOS
Desde la comunidad médica señalan que la adicción a los psicofármacos se da en tres niveles: Fisiológico: el cuerpo pide más dosis; Cognitivo: el pensamiento se centra en conseguir o consumir las pastillas; conductual: se realizan acciones que nunca se harían si no tuvieran la adicción.
Según datos que brindó COFA durante 2023, los psicofármacos han registrado subas significativas en la dispensa.
La dispensa anual de psicofármacos en 2023 llegó a 54.504.223 unidades, por lo que representa 1,2 millones de unidades más que en 2022. Otro dato que enciende alertas es que los psicofármacos participan con el 45 por ciento del mercado de los medicamentos del Sistema Nervioso Central (SNC).
En las farmacias aseguran que la demanda de remedios se aceleró en la pospandemia
Diversos especialistas remarcan que al distintas razones para los aumentos en la dispensa de los medicamentos para conciliar el sueño, la ansiedad y dar “batalla” al estrés: automedicación, por una cierta facilidad de acceso a sustancias; medicalización de la vida cotidiana, con la fantasía de tomar una pastilla para sentirse bien y la publicidad que construye la necesidad y el factor estímulo para el consumo de medicamentos. Una observación sobre la programación de la televisión abierta y el sistema de cable permite comprobar que desde el atardecer y hasta la madrugada, las publicidades de medicamentos de venta libre para conciliar el sueño invaden las pantallas.
Si bien cada organismo responde de modo diferente, hay ciertos patrones de efectos en el cuerpo que pueden agruparse en relajación, pérdida de la noción del tiempo, y disminución de la actividad cerebral. En los casos más extremos, a los medicamentos los mezclan con energizantes o alcohol para obtener “un efecto mayor”.
Con respecto a dos medicamentos muy utilizados, que se venden bajo receta, los médicos advirtieron por los efectos secundarios. Se trata del clonazepam y el alprazolam. El primero es un fármaco perteneciente al grupo de las benzodiacepinas que actúa sobre el sistema nervioso central, con propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, miorrelajantes, sedantes, hipnóticas y estabilizadoras del estado de ánimo. Puede tener como efectos secundarios la erupción cutánea y urticaria; inflamación o irritación de los ojos, labios, lengua o garganta; problemas respiratorios y dificultades en la deglución; y ronquera.
El Alprazolam es una benzodiazepina que se usa para el tratamiento de trastornos de la ansiedad, trastornos de pánico y la ansiedad causada por la depresión. El tratamiento de este ansiolítico debe ser lo más corto posible, siendo lo ideal no superar nunca los tres meses. Una sobredosis puede tener como consecuencia somnolencia extrema, confusión, debilidad y dolor muscular, pérdida del equilibrio o la coordinación del cuerpo, sensación de desvanecimiento y desmayo.
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