Persecución en Tolosa: hubo un disparo en la trama del horror
Edición Impresa | 1 de Septiembre de 2024 | 03:17

La autopsia sobre los restos mortales de quien fue identificado por la Policía como Elías Marcos Andrade (23) presentaba un disparo en la parte baja de la espalda. Se trata del joven que protagonizó un escape a bordo de una moto robada en las calles 12 y 518, el miércoles por la noche.
Según calificadas fuentes con acceso a la investigación, los forenses dieron crédito así a lo que vieron los médicos del hospital San Roque de Gonnet, cuando recibieron a Andrade en estado crítico, pero con parámetros de vida.
Al quitarle la ropa para asistirlo, ya que se estaban descontrolando todos sus registros, observaron un orificio, que relacionaron con un balazo. Y no se equivocaron.
A partir de ahora, luego del examen forense, que aún no despejó las dudas sobre la causal que desencadenó el deceso, ya que, cabe recordar, en medio de la huida, Andrade protagonizó un accidente en la rambla de 520 y 13, donde sufrió un golpe fortísimo contra la cinta asfáltica, empezó otra investigación.
El fiscal Juan Mennucci, que tenía a Andrade como autor del delito de robo, ahora investiga si fue víctima de un homicidio.
Demás está decir que las sospechas abarcan a todos los policías que participaron de la persecución.
Por el momento, con intervención de la Auditoría de Asuntos Internos, hubo notificaciones del inicio de actuaciones y se secuestraron varias armas, que serán sometidas a peritajes.
Lo que intenta determinar el fiscal es quién le disparó y por qué.
Al reconstruir la escena, luego de haberse apoderado de la KTM, modelo Duke 250, de color negra con detalles en tono naranja, Andrade dio un par de vueltas por la zona intentando despegarse de los patrulleros, hasta que lo tomaron circulando por la 520 desde 4 hacia el Distribuidor.
Si bien llevaba cierta distancia de ventaja, entre 100 y 150 metros, el operativo siguió a fondo.
Modulada la novedad, varios patrulleros fueron al sector y uno se cruzó en 7 y 520, intentando frenar al motociclista, que igualmente lo dejó parado y siguió hacia 13.
Una de las hipótesis es que en ese punto le hayan disparado. O tal vez en algún otra parte del recorrido.
Juan Mennucci
Lo cierto es que, con el balazo a cuestas, terminó de perder el control de la KTM seis cuadras más adelante, cuando usó la última fuerza que le quedaba para evitar chocar con un vehículo que maniobraba en esa intersección.
Es que, al querer avanzar sobre la 520, en dirección a Romero, pegó contra la rambla divisoria de carriles, frente a una estación de servicio, y se desplomó.
Enseguida aparecieron los efectivos, que le brindaron asistencia y contención, aunque al cargarlo en la ambulancia ya estaba esposado.
Lo que vino después, es el desenlace ya sabido.
Andrade murió y todavía se debe establecer fehacientemente el cómo.
La sospecha que sobrevuela el caso apunta a una agresión injustificada, porque al margen de que el joven que conducía la moto la había robado -además de contar con un prontuario abultado-, como explicaron los voceros consultados por este diario, en ningún momento se dijo que haya estado armado o que haya puesto en riesgo la seguridad de los oficiales, que intentaban desesperados concretar su captura.
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