SAGAI proyecta su maratón audiovisual: 13 cortos con una misión

La Fundación SAGAI está diciendo presente en la segunda edición del Festival Internacional de Cine de la Provincia (FICPBA), que se celebra, con entrada gratuita, hasta el domingo: además de entregar, al finalizar las proyecciones, el premio de la Fundación a la mejor interpretación, el lunes presentaron la Diplomatura en Actuación Audiovisual de la Fundación en una mesa redonda desarrollada en el marco del Mercado Audiovisual del FICPBA, con los directores Fernando Spiner y Javier Diment entre los participantes; y hoy, desde las 16.30, se proyectará la Maratón Audiovisual de Fundación SAGAI.

Se trata de 13 cortometrajes, ganadores de premios y menciones de la última Maratón Audiovisual, “un proyecto que nació en la pandemia, que tuvo que ver con mover las posibilidades para que los socios hagan algo y lo compartan”, según relata Diego Salamone, director de la Fundación.

En pleno encierro, cuenta, pensaron un concurso de cortos que se podía llevar a cabo de manera virtual, y eso “fue evolucionando”: este año fueron tres las categorías de la convocatoria, Medios Tradicionales, Alternativos y Videominutos, y los ganadores fueron votados por jurados y público, de manera online. 

La idea de la Fundación, dice Salamone, es que “los ganadores, aparte del premio económico, tendrán sus cortos circulando por distintos festivales, empezando por el FICPBA”, porque, explica, “el rol de la Fundación tiene que ver con construir espacios para compartir el trabajo de los actores”.

La Fundación es parte de SAGAI, la asociación que recauda y distribuye los derechos intelectuales de actores, actrices, bailarines, bailarinas e intérpretes de voz: desde la Fundación, lo que se busca es ser “una herramienta redistributiva de los fondos que gestiona SAGAI”. Los artistas más exitosos, con más visibilidad, obtienen más beneficios de los derechos intelectuales, y desde la Fundación, entonces, trabajan para equilibrar esa balanza, “con las personas que están empezando, con las personas que no tienen tanto espacio, y con los socios mayores, cuyos trabajos no se exponen tanto”, a partir de la generación de actividades de promoción cultural, subsidios, áreas de formación y proyectos como la Maratón, espacios para trabajar.

Los fondos para estas actividades provienen del dinero que los socios, todos los años, le dan a la Fundación, un porcentaje de lo recaudado. Son “fondos privados”, advierte con una sonrisa Salamone. “No hay subsidios públicos: por el contexto, está bien aclararlo, son fondos generados por la propiedad intelectual, que los mismos afiliados, en asamblea, determinan para que se apliquen en proyectos sociales y culturales”.

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Son proyectos particularmente significativos en estos tiempos de recortes en el área de la cultura desde el Estado. “Desde la fundación teníamos una actividad muy volcada hacia los socios, y tuvimos que ampliarla al colectivo de la cultura, porque la única manera de sostenernos todos es tendiendo redes, mejorando el ida y vuelta, yendo por los mismos objetivos que tienen que ver con sostener los espacios que había, los derechos logrados”, dice al respecto Salamone.

Pero “el contexto lo que hace es que terminemos articulando mucho más con otros sectores, abriendo la actividad de la Fundación al espacio académico, que generemos redes para sostenernos”, avisa.

En ese sentido, el FICPBA y su Mercado funcionan como uno de esos espacios de encuentro. Y “todo espacio que nos permita encontrarnos y articular es importante. Este alo el festival hizo una apuesta interesante, tiene una agenda mucho más amplia, que va más allá de la exhibición: está el Mercado, están estos espacios donde podemos contar experiencias que tienen que ver con lo formativo… Es una propuesta que llegó en un momento muy necesario: hay una necesidad muy grande por estos espacios”.