Las encuestas pueden fallar y la última palabra es la del Colegio Electoral

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Según los promedios de las encuestas en Estados Unidos, Kamala Harris y Donald J. Trump llegaron al debate enfrascados en una contienda extremadamente reñida, quizás como nunca. Ninguno de los candidatos tiene una clara ventaja en los estados en disputa que tienen más probabilidades de decidir el Colegio Electoral.

Como pueden atestiguar Al Gore y Hillary Clinton, la presidencia no se decide por el voto popular nacional, sino por el Colegio Electoral, y la contienda en los estados clave está mucho más reñida.

Las encuestas muestran que Harris y Trump están a dos puntos de diferencia en los siete estados clave: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte, Arizona y Nevada. Para ganar las elecciones, Trump o Harris tendrán que vencer al menos en tres de los siete estados, y ninguno de los candidatos puede reivindicar una ventaja significativa en tantos estados.

Harris tiene una ventaja de pocos puntos en Michigan y Wisconsin, dos estados que la pondrían a las puertas de ganar la presidencia. A partir de ahí, podría llegar a la cima ganando Pensilvania o ganando una combinación de otros estados en disputa, donde la carrera está básicamente igualada.

¿Y SI LOS SONDEOS SE EQUIVOCAN?

Las encuestas pueden ser la mejor manera de medir las actitudes de un país diverso, pero aún son profundamente imperfectas: han fallado en el pasado y fallarán nuevamente, tal vez incluso en las elecciones de noviembre.

Y con las encuestas mostrando una carrera tan reñida en tantos estados clave, sólo se necesitaría un pequeño, típico y ordinario error de sondeo para poner a un candidato claramente por delante.

Para graficar la situación, podemos imaginar qué pasaría si las encuestas de este año tuvieran exactamente los mismos errores que en 2020 o 2022. En ese caso, Harris o Trump podrían reclamar una victoria bastante decisiva.

No hay necesariamente ninguna razón para esperar que esto suceda, pero sirve para ilustrar la gran incertidumbre. Aunque las encuestas pueden estar reñidas, sería bastante fácil para cualquiera de los candidatos proclamarse vencedor con más de 300 votos electorales.

No hace falta decir que las encuestas han cambiado mucho desde mediados de julio, cuando el presidente Biden estaba muy por detrás de Trump. Desde entonces, Harris ha ganado unos seis o siete puntos en la mayoría de los estados en disputa y en todo el país, según un promedio de encuestas.

Pero pese a la buene acogida de la Convención Nacional Demócrata, no hubo necesariamente ningún movimiento adicional a favor de Harris en las últimas semanas. En todo caso, algunos indicios muestran que retrocedió un poco desde la convención. La explicación de este fenómeno podría ser sencilla. Después de múltiples oleadas de cobertura mediática positiva tras la salida de Biden de la carrera, es posible que haya estado en un estado de euforia política, que estaba destinado a volver a la normalidad en algún momento.

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