Se jubilaron y quemaron ahorros para ir a la ruta
Edición Impresa | 22 de Septiembre de 2024 | 02:32

“Soy un obsesionado por viajar”, así se definió Luis Butti, que en 2011 se jubiló, al igual que su esposa Julieta Belolo, y desde entonces no paran de sumar kilómetros. Pero lo hacen de una forma no tan convencional, aunque aseguran que se está transformando en un nuevo “boom”. Se les presentó la oportunidad de permutar un monoambiente por un motorhome y a partir de ahí no pararon de conocer lugares con su “casa sobre ruedas”.
“Conocemos Chile, Brasil, Uruguay. Argentina la recorrimos de La Quiaca a Ushuaia 3 o 4 veces”, indicó Luis al contar su pasión por el estilo de vida que lleva junto a su mujer . Predilección que también comparte con sus amigos de Ranchomovil de La Plata, un club de Casas Rodantes, de cuyas reuniones suelen surgir las salidas, que casi siempre son grupales.
Con varios destinos en su haber, el matrimonio platense coincide que esta forma de viajar tiene sus particularidades.
“Hicimos viajes internacionales, pero el motorhome es distinto. Estar en motorhome frente a la playa y ver el amanecer o el atardecer es impagable”, aseguró Luis.
Aunque como en cualquier viaje los imprevistos también están a la orden del día.
“No hay que romantizar la vida en el motorhome. Siempre se cuenta lo más lindo, pero hay contratiempos. Hemos pasado frío, el termotanque, a veces, se apaga por el viento, no nos podemos bañar y te da bronca. Hay gente que no aguanta este tipo de situaciones”, agregó su esposa Julieta.
Recorrieron el país a lo largo y a lo ancho. En julio hicieron 4.000 kilómetros. Estuvieron en las Cataratas del Iguazú, continuaron viaje por Corrientes, Chaco y terminaron en Córdoba.
Para noviembre tienen planeado ir a Mendoza y cruzar a Chile para conocer el Camino de Los Caracoles. El itinerario incluiría San Juan y La Rioja.
Es que los viajes no suelen tener una ruta fija ni la duración de la estadía definida.
“Salimos sin tiempo. A veces, tampoco sabemos bien el destino. En el camino decidimos. Si nos levantamos y llueve, nos vamos. El camino lo puedo modificar el clima, si el lugar no te gusta. Hay distintos factores que te pueden hacer cambiar el rumbo”, explicó Luis.
Dentro de las vivencias que surgen con las travesías, destacan lo enriquecedor que es dialogar con los lugareños.
“Además, en la charla siempre surge la recomendación de visitar tal o cual lugar, que termina siendo impresionante y de otra manera no lo llegaríamos a conocer. Es que con el motorhome tenes acceso a otros lugares hermosos que el turismo convencional no te ofrece”, dijo Luis.
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