El Gobierno aumentó los niveles de alerta de seguridad por la escalada de violencia en Medio Oriente

Este vienes, el Gobierno elevó los niveles de alerta de seguridad nacional ante una eventual represalia por la violencia que se registra en Medio Oriente y se temen agresiones contra blancos de la comunidad judía o representantes del sistema financiero en el país.  

Por tal motivo, desde el Gobierno ordenaron a las diferentes provincias que refuercen la seguridad de los objetivos de la comunidad judía. Según trascendió, solicitaron que se aseguren corredores de instituciones escolares, deportivas y culturales de la comunidad judía.

Según se conoció, la resolución se confirmó luego de que el ejército israelí se adjudicó el ataque al cuartel general de Hezbollah en Beirut, donde la explosión lanzó al cielo enormes nubes de humo naranja y negro. Por lo menos dos personas murieron y 76 resultaron heridas, según el Ministerio de Salud del Líbano.

La explosión fue tan poderosa que rompió ventanas y sacudió viviendas a unos 30 kilómetros al norte de Beirut. Pudieron verse ambulancias con las sirenas encendidas dirigiéndose al lugar. Los descomunales estallidos, a eso del anochecer del viernes, redujeron a escombros a seis edificios en el vecindario Haret Hreik, en el suburbio Dahiyeh de Beirut, según la agencia nacional de noticias libanesa. El estallido fue tan potente que sacudió ventanas y casas a 30 kilómetros (18 millas) al norte de la capital libanesa.

Otro aparente indicio de que el bombardeo era de importancia, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió abruptamente su viaje a Estados Unidos y regresó inmediatamente a Israel, vez de esperar hasta el fin del Shabat judío para viajar, según anunció su despacho. Horas antes, Netanyahu dio un discurso ante la Asamblea General de la ONU en que juró en que Israel seguirá con su campaña contra Hezbollah hasta cumplir con sus objetivos.

La noticia del bombardeo surgió cuando Netanyahu hablaba con los miembros de la prensa que viajaban con él. Un edecán militar se le acercó y le susurró algo al oído, tras lo cual Netanhayu dio por terminada la sesión.