“Los domingos mueren más personas”: comedia para exorcizar el dolor
Edición Impresa | 4 de Septiembre de 2024 | 01:28

Pedro Garay
pgaray@eldia.com
En “Los domingos mueren más personas”, la película de Iair Said que abre esta tarde la segunda edición del Festival Internacional de Cine de la Provincia (FICPBA), el director regresa al tema de su primer largometraje, “Flora no es un canto a la vida”: la muerte.
“Me sirve hablar de la muerte para quitarme el miedo a la muerte, para exorcizarla, para acercarla, hacerla más cotidiana, volver cotidiano ese dolor tan grande”, reconoce Said en diálogo con EL DIA.
Ese dolor grande, cuenta el director, guionista y protagonista de “Los domingos…”, lo arrastraba desde hace mucho tiempo: como “Flora…”, su nueva película parte desde lo biográfico, aunque, avisa, esta “no es una película biográfica, no es una historia real pero sí habla del estado de duelo a partir de una enfermedad que tenía mi viejo. Lo que es real es la transmisión de ese dolor que me arrastró durante muchos años a mí, y a mi familia, y pese al cual había que seguir viviendo en otros estados y en otras situaciones, mientras arrastrábamos ese dolor”.
Escrita hace 10 años y estrenada mundialmente en el prestigioso Festival de San Sebastián, en su película Said vuelve a hablar del dolor y la pérdida desde la comedia, su zona de confort. “La comedia es lo que me ayuda a sobrevivir”, dice, al respecto. “Creo que es lo que más sirve para sacar adelante los temas más duros. La comedia está siempre, en el drama también está: uno va a un velatorio y siempre hay alguna situación corrida del drama. Pasa alguien con sanguchitos de miga, están todos llorando y uno por ahí se pone a elegir el sanguchito, este no porque tiene jamón… Y eso vuelve esa situación dramática algo gracioso, descomprime”.
“Los domingos mueren más personas” cuenta la historia de David, un joven judío de clase media, corpulento, homosexual y con miedo a volar, vuelve de Europa a Buenos Aires, por el fallecimiento de su tío. En este regreso, David se entera de que su madre ha decidido desconectar el respirador de su padre, lo único que lo mantiene vivo desde hace años.
David vuelve a la casa de su infancia, donde oscila entre la convivencia íntima con su madre y una voracidad por llenar su angustia existencial. Mientras sus días en Buenos Aires avanzan, él intentará evitar de cualquier manera volver a ver a su padre internado, aunque el destino hará lo imposible para que ese encuentro se concrete.
David es Said, acompañado por una familia compuesta por Rita Cortese, Juliana Gattas, de Miranda!, y Antonia Zegers, la actriz chilena de “El club”, “No” y “Una mujer fantástica”, entre otros. Una alineación estelar, acompañada de un elenco de no actores, que reflejan el otro trabajo de Said: hace hace castings.
Para su película, cuenta, “necesitaba actrices muy humanas. Para mi era muy importante tener un casting que yo sintiera familiar: teníamos que estar todos atravesando un estado de conexión importante, y eso es lo que me pasó con ellas”.
“Escribí la película”, sigue, “pensando en Rita, y a ella la contacté antes de tener la confirmación de la película porque sin ella no la podía hacer. Con Juliana me pasa que soy amigo: hay algo de su humor, su inteligencia, su brillantez, que este personaje necesitaba. Uno ve a Juliana en el escenario y es Madonna, pero ya lo conozco en otros estados, y creo que lo que pasa abajo es muy interesante: quería reflejar algo de esa mirada”.
Zegers, en tanto, “es un lujo que me pude dar”. Said cuenta que entrenaron un año su acento porteño, pero que allí encontró una mirada que buscaba: “Yo buscaba ojos claros, porque quería que a esta familia se le viera la vulnerabilidad en la mirada”.
La película abre hoy la segunda edición del FICPBA, que se extenderá hasta el 14 de septiembre y que en la Sala Ginastera del Teatro Argentino homenajeará a Cecilia Roth, Mercedes Morán y Leonardo Sbaraglia antes de la proyección que dará inicio al evento donde se verán, con entrada gratuita, 228 películas.
Said dice tener sentimientos encontrados, porque “debería ser el estreno de mi película abriendo un festival”, pero son momentos de “tristeza” para el cine nacional, “cuando tener una película se convirtió casi en una bandera”.
Por eso, cuenta, “siento una gran responsabilidad en contar primero que los artistas no somos los chorros que le sacan la plata a las personas. Y en segundo lugar, que el público sepa, y creo que la mayoría lo sabe, que la cultura es fundamental para un país, para representarnos, para educarnos, para crecer: es una fuente muy grande de trabajo, una industria que está siendo bastardeada injustamente, fogoneada por medios que dicen cualquier cosa”.
“Está todo muy confundido en torno al cine”, insiste. “Creo que fuimos el chivo expiatorio de un discurso que pareciera querer embrutecer a la sociedad. La industria audiovisual mueve miles de puestos de trabajo, desde los actores famosos hasta el catering o el que trabaja en un taller de ropa haciendo vestuarios, los remiseros… se mueve, eso trae mucho trabajo”.
Y cierra: “Yo, de mi gobierno, espero que se incentive a esas áreas, a la cultura, al deporte, a los que nos representa, que no tengan que buscar apoyo fuera del país. Sucede así en todo el mundo, porque la cultura es algo que nos sirve a todos”.
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