En el Teatro Argentino, suena Bach a ocho manos

La sección de cuerdas de la Camerata Académica del Teatro Argentino, compuesta de jóvenes instrumentistas, recibirá este domingo la ayuda de ocho manos: cuatro pianistas, Francesca Fierro, Ana Victoria Chaves, Alan Kwiek y Esteban Rajmilchuk, serán los invitados para el concierto que tendrá lugar con entrada gratuita desde las 17, y donde se interpretarán el Concierto para dos claves, cuerdas y bajo continuo en do menor, el Concierto para tres claves, cuerdas y bajo continuo en re menor y el Concierto para cuatro claves, cuerdas y bajo continuo en la menor, todas obras escritas por Johann Sebastian Bach.

“Este fue un sueño largamente anhelado: juntar a mis amigos para tocar estas obras maravillosas, raramente escuchadas, y tener esta experiencia tan excepcional”, dice Chaves, en diálogo con EL DIA, sobre el concierto. Fierro fue alumna suya de pequeña, a los 6 años, y con ella tienen un dúo que se mueve entre Argentina y Europa. “También con Esteban (Rajmilchuk) hemos hecho 2 pianos muchas veces. Y con Alan compartimos también maestra y una antigua amistad”, explica.

Chaves cuenta que pasó un año juntando los apoyos y ajustando agendas para el encuentro, que “para nosotros el lugar ideal de intercambio, en el lenguaje que mejor nos expresa: la música”. Ese intercambio, explica, no es sencillo, “primero hay que estudiar mucho individualmente, luego juntarse y combinar criterios, ceder a las ideas de los otros, enriquecerse con ellas y escuchar, sobre todo escuchar la voz del otro”.

“hay que trabajar mucho sobre el balance y el diálogo entre los cuatro solistas, ya que la dinámica entre el rol solístico y el de acompañante se va alternando constantemente”, agrega Rajmilchuk. “Lo fundamental”, opina Fierro, “es escucharse y abrirse a encontrar ese terreno en común donde todo fluye”.

- ¿Por qué Bach? ¿Por qué eligieron estas piezas, qué tienen de interesante estos conciertos para dos, tres y cuatro claves?

Chaves: Son de una belleza y complejidad muy grandes. Rara vez se hacen por la logística que implican, y porque es difícil encontrar un lugar con tantos pianos. Aquí no los hay tampoco, pero es la Fundación del Teatro Argentino la artífice que hace posible conseguirlos y concretar este sueño. La Fundación está integrada por gente que trabaja hace más de 30 años ad honorem y silenciosamente por este Teatro, gestión tras gestión, sosteniendo como columnas silenciosas y haciendo posible mucho de lo que vemos junto a la estructura maravillosa del Teatro Argentino, donde sus también silenciosos y calificados empleados sostienen con su trabajo la posibilidad de hacer realidad estas obras.

LE PUEDE INTERESAR

Adiós a Manuel Antín: el maestro del cine nacional

LE PUEDE INTERESAR

La salud de María Becerra: cómo se encuentra tras ser intervenida de urgencia por embarazo ectópico

Fierro: En 2019 Ana Chaves y yo tocamos el doble de Bach con la Camerata en el Teatro Argentino y sentimos la necesidad de volverlo a tocar y ampliar el repertorio con los conciertos a 3 y 4 pianos. Lo interesante de estos conciertos es la escritura contrapuntística propia del lenguaje barroco, que difiere del clasicismo (que es más bien claro y lineal) por ser más denso y complejo. Este lenguaje se explaya con incesante continuidad y mantiene una tensión constante. La dificultad de los intérpretes reside justamente en mostrar los diálogos internos y los planos sonoros que Bach (o Vivaldi en el concierto a 4 pianos cuya versión original es para 4 violines) magistralmente compusieron.

Rajmilchuk: Creo que una de los aspectos más interesantes en estos conciertos es la posibilidad de diálogo que se plantea entre los solistas. Es probable que Bach haya pensado estos conciertos con fines didácticos, y los haya interpretado junto a sus hijos y discípulos. Es curioso pero uno hasta puede sentir ese “aire familiar” cuando los estudia.

- ¿Y por qué es relevante, o interesante, o atractivo tocar y escuchar a Bach hoy?

Chaves: Porque Bach representa tantas cosas de la Creación que resuenan en todos nosotros, cada cual a su manera puede acceder a esta música maravillosamente escrita, simple y compleja a la vez, capaz de llegar al corazón, a la mente, al espíritu, a todos los niveles del alma humana, justamente porque en ella se encuentran expresados los parámetros de la Naturaleza y a ella pertenecemos, por eso resuena en nosotros aunque no sepamos porqué.

Fierro: Es el Maestro de todos los compositores, supo dominar el lenguaje musical y trascenderlo, y hoy sigue enseñando el camino a distancia de siglos: no hay músico famoso de jazz, de música ligera o de rock que no haya vuelto a los orígenes bachianos alguna vez para poder progresar y mejorarse. En nuestra época, donde rigen la velocidad, el ruido y la desconexión, Bach nos enseña a escuchar, a poner mente, cuerpo y espíritu en equilibrio y al servicio de algo mayor.

Rajmilchuk: El Sr. Juan Sebastián, como cariñosamente le decía Ma. Elena Walsh, es simple y llanamente eterno. Es probable que no haya en toda la historia de la música un compositor que haya servido como él de inspiración y enseñanza para tantos músicos, independientemente de estilos o épocas. Su música es omnipresente, la podés encontrar tanto en una obra de Piazzolla como en un tema de Metallica.

- ¿Qué sienten respecto al lugar de la música clásica en la cultura contemporánea? ¿Existe ese tiempo de escucha atenta que se precisa, o el vértigo tecnológico se lo ha llevado? Cuando dan clases, ¿cómo ven a los jóvenes en ese sentido?

Chaves: Sí, se nota la dificultad de estos tiempos. La concentración es cada vez más difícil por la falta de silencio y por las pantallas, que han tomado la cabeza de todos nosotros. Abstraerse y cuidarse del ruido mental y de la densidad de este tiempo es muy importante, porque eso atenta directamente con la capacidad de aprender y de tomar contacto con uno mismo y con la música de esta naturaleza, por supuesto. Yo no puedo enseñar las obras que enseñaba a los niños hace 25 años, les cuesta mucho asimilarlas, es otra cabeza, mucho más llena de cosas, no necesariamente importantes, eso no deja espacio mental. Es muy difícil. Es una época donde hay que cuidarse mucho de no caer uno mismo en la adicción a la información y las pantallas.

Fierro: Lamentablemente la música clásica tiene que hacer las cuentas con muchos prejuicios de parte de aquellos (de cualquier edad y origen social) que no la conocen o no tuvieron la posibilidad de acercarse a ella. Es muy común que se la etiquete como aburrida y vieja, cuando de verdad el caudal de su lenguaje cubre un vastísimo abanico de lenguajes, formas, colores y emociones. De hecho, la potencia del momento en el que se la descubre, es inolvidable. También requiere un compromiso para la escucha, al ser sus formas más largas y complejas (las comparo con las canciones modernas que son cada vez más cortas). Pienso que la educación a la música clásica debería ser imprescindible, ya que nos enseña a escuchar, a mejorar la atención y a reconectar con el silencio de donde nacen luego los sonidos.

Rajmilchuk: Es justamente por ese aspecto vertiginoso y de tiempos efímeros del que hablás, que hay una necesidad enorme justamente ahora de acercarse a esta música, una música que nos interpela con otros tiempos y espacios, y nos exige a la vez concentración y una actitud activa de escucha.

- Hablando del arte clásico, más arriba les pregunté por el encuentro: es difícil imaginar este tipo de eventos, que reúnen cuerdas, solistas, claves, bajo, sin un apoyo público que sostenga la actividad. ¿Cómo ven la situación del arte clásico en estos tiempos de achicamiento de lo público y de recortes en la cultura?

Rajmilchuk: Creo que los tiempos de la política no siempre coinciden con los de la cultura, que requiere una visión y planificación a largo plazo. La política busca muchas veces resultados inmediatos, pero es crucial que se entienda que la cultura es una inversión esencial para el desarrollo del país, cuyos frutos, aunque no inmediatos, son fundamentales.

Chaves: No es un tiempo más difícil que en otras épocas. Contrariamente a lo que se suponía, si bien hay recortes, y dentro de la tremenda crisis que estamos atravesando y de la cual debemos hacernos responsables todos, la cultura sigue en pie como alimento esencial del alma y dentro de las circunstancias sobrevive, y sobrevivirá, como lo ha hecho a través de la historia y de las guerras de la humanidad, situaciones muchísimo más difíciles que las que nosotros como sociedad estamos atravesando. La cultura es una necesidad humana que trasciende a la política. Eso deben entenderlo nuestros servidores públicos. Ella sobrevivirá a pesar de todo. Así lo muestra la historia.