Muertes por ahogamiento: instan a extremar las precauciones
Edición Impresa | 14 de Enero de 2025 | 03:28

Dos nuevas muertes por ahogamiento se sumaron el fin de semana a la trágica seguidilla de casos que se viene registrando esta temporada en el país. El domingo, un chico de 18 años murió ahogado en un balneario de Perugorría, Corrientes, y una adolescente de 17 años perdió la vida en el lago Piedras Moras, Córdoba, convirtiéndose en la quinta víctima en ríos y espejos de agua de la provincia desde el inicio del verano.
Ante la llamativa sucesión de episodios fatales, pediatras y especialistas en emergencias instaron a la comunidad a extremar las medidas de precaución, especialmente con los niños menores de cinco años, quienes representan cada verano casi un tercio de las víctimas de ahogamientos.
En Córdoba, escenario de cinco de las muertes registradas en las últimas semanas, las autoridades enfatizaron a su vez la necesidad de tomar recaudos básicos al meterse en ríos y lagos. Entre las principales recomendaciones brindadas a visitantes y locales señalaron la de evitar bañarse fuera de balnearios habilitados que cuenten con guardavidas.
También instaron a respetar la cartelería es indicaciones de lugares potencialmente riesgosos y evitar el consumo excesivo de alcohol a la hora de entrar al agua. Pero además, dada las características geográficas de la provincia, recomendaron no zambullirse desde piedras o lomadas; informarse sobre la existencia de remansos o remolinos peligrosos, aunque no sean visibles; y evitar que los niños se bañen en zonas donde el agua supere el nivel de sus rodillas.
Los ahogamientos por inmersión representan en la Argentina una de las primeras causas de muerte en niños de 1 a 3 años, pero se considera que la edad de mayor vulnerabilidad se extiende desde que empiezan a caminar hasta aproximadamente los 5 años, y el riesgo es mayor entre los varones.
De ahí que “la supervisión de los niños pequeños en el agua debe ser cercana, constante, competente y atenta por un adulto responsable. Es una estrategia preventiva fundamental que también incluye la necesidad de identificar zonas peligrosas para los niños”, remarca la doctora Valeria El Haj, directora médica de Ospedyc.
Si se tiene una pileta en la casa “resulta indispensable que cuente con un cerco perimetral completo de 1,30 m de alto como mínimo. El cerco debe tener además una puerta única con un mecanismo de apertura-cierre no accionable por niños pequeños; y no hay que dejar mesas, sillas o reposeras próximas a él. Está demostrado que cumplir con estas medidas disminuye las muertes por ahogamiento hasta en un 95%”, explican desde la Red de Pediatras “Niños sanos, niños felices”.
Si se trata de piletas desarmables que no cuentan con cerco, éstas “deben ser vaciadas totalmente luego de su uso diario; lo mismo que las bañeras inflables, palanganas, baldes y tambores, en especial si en la casa hay niños menores de 2 años”, recomiendan desde la Red.
En el caso de los adolescentes, “la mayoría de los ahogamientos se producen por la combinación de un exceso de confianza en las habilidades para nadar, la subestimación de situaciones peligrosas en el agua y el consumo de alcohol y/o drogas”, señala la médica.
En Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación registró en 2021 unas 281 muertes por ahogamiento en el país, de las cuales 108 correspondieron a menores de 19 años. No obstante, los especialistas coinciden en que existe un importante subregistro de casos, por lo que su número podría ser mayor.
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