“Con el corazón arañado”: otro platense en las redes de una viuda negra
Edición Impresa | 6 de Enero de 2025 | 04:05

Increíblemente volvió a pasar. Un platense perdió la cabeza en un juego de seducción y terminó siendo víctima de un robo inesperado. Sucedió en una vivienda de Tolosa, donde el hombre pensaba caer rendido a los pies de una chica, a la que conoció como Sol a través de la aplicación Tinder, aunque, en realidad, cayó del sueño provocado por la ingesta de un narcótico o alguna otra sustancia tóxica.
Como está escrito en el manual de las llamadas “viudas negras”, la ladrona aprovechó seguramente una distracción en el encuentro para espolvorear o suministrarle algo en la bebida del anfitrión, en este caso de 53 años, quien se dio cuenta que algo le estaba pasando, intentó reaccionar, pero se quedó sin fuerzas y no pudo hacer nada por evitar el saqueo.
La historia tiene varios puntos en común con al menos otras dos, que este diario supo informar en exclusiva: la delincuente se hizo ir a buscar a la tradicional esquina de San Juan y Boedo, en capital federal.
Ocurrió el sábado a la noche, cerca de las 21, cuando el damnificado levantó a quien pensaba iba a ser algo más que una compañera de cena.
En eso estaban cuando, en el interior de una propiedad cercana al Barrio de las Mil Casas, comieron algo y bebieron fernet, “siempre en copas separadas”, apuntó el damnificado en su denuncia.
También contó que en un momento, la chica se levantó de la mesa para preparar un gin tonic, aunque ella no tomaba, le pasaba la bebida desde su boca al denunciante.
Fue en ese instante que comenzó a sentirse mareado y que le preguntó a su invitada, qué le había puesto al trago.
Siempre a decir del testimonio de la víctima, la joven le respondió que “no tiene nada, te debe parecer”, pero la sospecha ya era tan fuerte, como lo que había tragado, que se dirigió hasta la puerta de entrada, tomó los dos juegos de llaves del domicilio y las llaves del auto, que lanzó por la medianera al domicilio de un vecino.
Después de eso, perdió la conciencia por completo y recién casi a las 11 de la mañana de ayer se despertó y descubrió qué había pasado.
Estaba en la cama de su habitación, solo, ya que de la chica no había rastros.
Ahí se percató de que le habían robado su Fiat Cronos gris, una billetera con documentación personal y tarjetas de débito y crédito, la licencia de conducir, el DNI, una tarjeta de un supermercado y dos botellas de whisky Jack Daniels.
Se supo que la ladrona, que seguramente contaba con el apoyo de algunos cómplices, que la siguieron desde capital federal, tiene aproximadamente 23 años, es delgada, tez blanca, de 1,70 metros de altura, cabello largo lacio de color oscuro y con la particularidad de que tenía un mechón blanco en el flequillo, además de ortodoncia.
Ahora la Policía busca identificarla a través de un relevamiento de las cámaras de seguridad.
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