Miguel tuvo un emotivo último adiós con sus seres más cercanos

Miguel Ángel Russo tuvo un emotivo último adiós en La Bombonera, rodeado de sus seres más queridos. Luego de lo que fue la despedida de todos los hinchas del fútbol argentino el pasado jueves, ayer el funeral fue privado.

El cortejo fúnebre con los restos del histórico director técnico Miguel Ángel Russo, fue despedido entre aplausos y cantos por cientos de hinchas. Además, sobre su ataúd, se puso una bandera con los colores del Xeneize.

Russo, quien falleció este miércoles por la tarde luego de una larga lucha contra el cáncer, fue velado en el hall central de Brandsen 805, donde miles de hinchas de distintos equipos del fútbol argentino se acercaron para despedirlo.

Pese a que ayer iba a ser abierto para todo los hinchas, por decisión de la familia, el funeral fue solo para íntimos. “Agradecemos el afecto y el respeto de todas las personas que se acercaron o estuvieron presentes de corazón en el emotivo adiós de hoy”, escribió Boca horas atrás, a través de un comunicado publicado en sus redes sociales.

Durante las primeras horas de ayer, el ingreso fue exclusivo para los familiares y seres más cercanos, quienes le dieron su último adiós a uno de las figuras más queridas en el fútbol argentino en los últimos años.

Más allá que no pudieron pasar, hinchas estuvieron en las cercanías para darle el último adiós a su manera, en una jornada que fue muy emotiva.

Según se informó, el pedido de Russo fue ser cremado y que sus cenizas sean divididas en cuatro urnas para Estudiantes, Rosario Central, Boca y Lanús, que son los clubes con los que más identificación tuvo el entrenador a lo largo de su carrera. El Canalla avisó que las mismas serán arrojadas en el campo de juego, cuando el equipo enfrente a Platense.

Por su parte, tanto ayer como hoy, Boca comunicó que por el fallecimiento de su entrenador, hubo cese de todas las actividades deportivas y culturales y se puso a entera disposición de la familia de Russo. Además el plantel fue licenciado hasta hoy, luego del duro golpe anímico.