Un economista aseguró que Milei prepara una nueva convertibilidad
Edición Impresa | 13 de Octubre de 2025 | 01:48

En medio del respaldo financiero de Estados Unidos al gobierno de Javier Milei, algunas voces agitan el fantasma de la convertibilidad sobre la economía argentina. Tal es el caso del economista Antonio Aracre, exasesor del entonces presidente, Alberto Fernández, y ahora afín al ideario libertario, quien en una entrevista televisiva aseguró que el Gobierno prepara un “nuevo plan de convertibilidad” que sería revelado tras la cumbre de mañana con Donald Trump.
Implementada el 1 de abril de 1991 durante el gobierno de Carlos Menem y bajo la batuta de su ministro de Economía, Domingo Cavallo, la Ley de Convertibilidad (N° 23.928) estableció por ley una paridad cambiaria fija: un peso equivalía a un dólar.
El mecanismo era simple, pero rígido: el Banco Central solo podía emitir pesos si tenía el respaldo equivalente en reservas internacionales (oro o divisas). Esto transformó a la autoridad monetaria en una virtual “caja de conversión”, donde cualquiera podía cambiar sus pesos por dólares a esa paridad, sin restricciones.
El plan fue efectivo para su objetivo principal: frenó en seco la hiperinflación que había devastado la economía. Esto trajo una estabilidad inédita, desató un boom de consumo de bienes importados y generó una sensación de prosperidad que le permitió a Menem ser reelecto en 1995.
Sin embargo, el costo de esa estabilidad fue altísimo. Con un dólar “barato” y una apertura comercial total, la industria nacional no pudo competir. Cientos de fábricas cerraron y el desempleo se disparó de un 8% a un pico histórico de 18,4% en 1995.
Además, como el Estado no podía “maquillar” sus cuentas con emisión, financió su déficit con privatizaciones y un endeudamiento externo feroz. La deuda pública pasó de U$S61.000 millones en 1991 a más de 140.000 millones en 2001.
Otra de las sombras del plan fue la pérdida de competitividad. Cuando los países vecinos, como Brasil, devaluaron sus monedas, Argentina se convirtió en un país carísimo en dólares, lo que liquidó a las exportaciones.
La combinación de estos factores llevó a la recesión desde 1998 y al colapso final en la crisis de 2001, con el “corralito”, la renuncia del presidente Fernando de la Rúa y una secuela de pobreza y conflictividad social que marcó a toda una generación.
Según Aracre, el nuevo plan de Milei sería una consecuencia directa del reciente salvataje financiero de Washington, que incluye un swap de U$S20.000 millones, el cual serviría como garantía para los pagos de la deuda en los próximos dos años, mientras que Estados Unidos se comprometería a intervenir en el mercado para mantener el tipo de cambio a raya.
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