De La Plata al Aconcagua: una historia de resiliencia y emoción
Edición Impresa | 10 de Febrero de 2025 | 03:23

“La vida se ve mejor desde arriba”, reza una frase con la que machacan los alpinistas, montañistas o los deportistas de carreras de ultradistancia como Luis Di Francesco, un peluquero de 55 años de La Plata —nació en Lezama— que dialogó con EL DIA durante una semana mientras escalaba el Aconcagua. Esta “locura”, que para el común de las personas puede ser utópica de realizar, es para la cual se preparó hace tiempo, y no la hizo en soledad: en cada mensaje de WhatsApp que le contestó a este diario, a 4.500 metros sobre el nivel del mar (msnm), tenía a su lado al ensenadense Guillermo Caputi (54), y al vecino de la Ciudad, Marcelo Accattoli (50), ambos atletas ‘hiperentrenados’.
“La aclimatación para escalar el Aconcagua es bastante difícil. El sol pega fuertísimo”
“La aclimatación para escalar el Aconcagua es bastante difícil porque, primero, empezamos a sufrir cefaleas. Puede que suba la presión arterial y hay que caminar para bajarla, pero, como en altura falta el oxígeno, se deben hacer movimientos pausados y muy despacio. Cuanto más lento y calmos sean los desplazamientos, menos síntomas de apunamiento aparecerán como el dolor de cabeza, indisposición de estómago, náuseas, cefaleas, calambres, etc. Es por eso que este proceso lleva varios días”, relató Luis, mientras detrás de su voz, en el audio, se escuchaba la ventisca propia de la alta montaña. Así fue como aclaró, de antemano, que por más disfrute o placer que encuentren en esta travesía, también hay sufrimiento y esfuerzo.
Ante los mensajes de algunos conocidos que estaban ansiosos por saber la progresión de los andinistas, Luis, mientras se repartía en su celular para contestar todos los mensajes con un “hilito” de señal que llegaba a Los Andes, confesó: “Cuando hagamos cumbre, no vamos a tener señal y todos los mensajes nos llegan por estos días. ‘Fuerza’, ‘ustedes pueden’ y demás frases motivadoras nos llenan el corazón a punto de llegar a la cima del Aconcagua”. “Creemos mucho en nosotros, es nuestra esencia, la de buscar aventuras más lindas siempre teniendo en cuenta el cuidado y la protección la salud. Sabemos que si nosotros nos cuidamos, podemos cuidar a los demás. Estamos escalando con atención médica y nos hacen controles todos los días. Nos miden el oxígeno en sangre, la presión arterial y así estamos muy controlados”, puntualizó para despejar dudas.
Mientras armaba su carpa en Plaza de Mulas, explicó que “un atleta, un deportista o un montañista que está aclimatado a la altura puede hacer cumbre en el Aconcagua en cuatro días, parando un día en cada campamento”. “Nosotros paramos en los campamentos que ya están instalados y tienen agua potable, además de la hidratación que llevamos en las caminatas”, contó concerniente a cómo organizan el itinerario de viaje, el cual tiene ciertas adecuaciones al grupo de personas que llevan adelante este despliegue: “A falta de 2.500 metros para llegar (post traslado desde Confluencia hasta Plaza de Mulas), estábamos a 4.500 msnm y podríamos tardar cinco o seis días hacer cumbre. Nos quedarían tres días de aclimatación en este lugar. Esto se debe a que empezó a nevar y los días se están poniendo muy peligrosos”. “El clima, a esta altura, es muy hostil. El sol pega fuertísimo, pero es importantísimo el tipo de protector que se use para prevenir la quemazón, ponerse ropa de mangas largas, pantalones largos y buenos protectores tanto para la piel como para los labios y las manos”, aconsejó como si hablara con alguien que vaya a emprender semejante experiencia.
El camino hasta allí fue muy complejo, tal como desarrolló Luis: “Hicimos aproximadamente 14 kilómetros mediante una caminata durísima de 8 horas por el cauce de un río abandonado. Estamos durmiendo en carpa. El día fue larguísimo, pero es lo que estamos buscando”. Así, el comerciante platense se conformó de que, más allá de las contingencias de esta peripecia, él y los suyos trabajaron mucho tiempo para llegar hasta la cumbre del Aconcagua, a 6962 msnm, el pico más alto de América.
Un entrenamiento específico y viajes de preparación
Uno de los temas que no dejó sin tocar en la charla fue el tipo de entrenamiento al que se sometieron Luis Di Francesco, Guillermo Caputi y Marcelo Accattoli: “Normalmente entrenamos todas las semanas, hacemos running, vamos al gimnasio y eso ya nos mantiene activos para poder competir o escalar”. “Ya que en La Plata no tenemos ningún lugar donde entrenar en un terreno que nos permita escalar o hacer elevaciones, hacemos algún pequeño viaje a Tandil o Sierra la Ventana, para prepararnos, aunque, desde luego, no es lo mismo porque ahora estamos a niveles mucho más altos que los picos bonaerenses”, precisó.
“Planeamos la travesía hace un año, luego de que nos reuniéramos entre las personas que corrimos, en abril del año pasado, la ultramaratón Patagonia Run en San Martín de los Andes (de entre 70 y más de 110 kilómetros de extensión). Después de esa carrera, buscamos un desafío importante, un sueño, un anhelo y nos decidimos por hacer cumbre en el Aconcagua”, narró entrecortado mientras charlaba con Marcelo y Guillermo en lo que se transformó en una especie de llamada, vía audio, pero con la salvedad de que los protagonistas hablaban desde la imponente Cordillera de los Andes.
El costado sentimental y el apoyo
Luis es peluquero hace más de 35 años, casi el mismo tiempo que lleva participando de carreras de aventuras, maratones y triatlones como Ironman. Él, además de ser “esposo y padre” —tal como se definió— de dos hijos como Valentín y Victoria, es “acompañante de vida” de Daniela, comentó el peluquero emocionado hasta las lágrimas en un audio.
Los comentarios de los familiares y amigos siempre están. Al ocurrírseles este tipo de locuras a personas como Luis, Guillermo y Marcelo, hay mezclas de aliento y preocupación. “Cuando nosotros contamos algunas de las aventuras que nos andan dando vuelta por la cabeza, siempre nos dicen que estamos locos, pero nos festejan que nos animemos a hacer estas cosas y salgamos de lo común, que tengamos esa visión de ir a buscar algo más. Igual esto que vamos a buscar es totalmente para nosotros. Siempre buscamos la superación y, para quienes tenemos hijos, educar con el ejemplo que consiste en saber que los sueños se cumplen”, concluyó.
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