Terror en aumento: más inseguridad en el barrio del crimen
Edición Impresa | 17 de Febrero de 2025 | 03:24

El asesinato del enfermero Jonatan Nicolás Calderón (40), el cuarto en lo que va del año en la Ciudad, llenó de angustia y preocupación a todos los platenses. Es que en un contexto de inseguridad asfixiante, muchos sienten que se trató de la crónica de otra muerte anunciada.
Es indudable que el delito atraviesa a todos los barrios por igual. Por eso la intranquilidad que esta situación genera. Mucho más cuando los homicidas siguen sueltos y el delito ronda a pocas cuadras de la escena del crimen.
De la investigación, que está a cargo de la fiscal Ana María Medina, se puede decir que se está profundizando el análisis de las cámaras de seguridad.
En toda la zona circundante al lugar de la emboscada mortal, la esquina de las calles 10 y 63, hay múltiples equipos de registro públicos y privados y se presume que hay imágenes de los responsables del hecho.
En ese material se depositada la mayor esperanza de resolver el caso, pero no quieren adelantar nada. Todo se maneja en el marco de un fuerte hermetismo.
En ese trabajo, además del equipo de la fiscal, está comprometido el Gabinete de Homicidios de la DDI local y de Medios Tecnológicos, que son los responsables de llevar adelante los rastrillajes y el levantamiento de indicios y elementos de cargo.
Fuentes vinculadas a la pesquisa indicaron que ya se cursó una notificación al COM Municipal, en la cual se le requiere que aporte los videos que tenga disponibles respecto del luctuoso episodio.
Como este diario publicó en su edición anterior, eran cerca de las 05.50 de la mañana del sábado cuando Calderón viajaba hacia su trabajo en la empresa de Servicio de Emergencias Médicas (SIPEM). Pero en el cruce de 10 y 63, a una cuadra y media de llegar a destino, dos motochorros armados lo interceptaron para robarle su moto, que había comprado hacía solo un mes y que debía pagar en cuotas.
El enfermero aparentemente se resistió. Y así lo confirmó un colectivero de la Línea 275 que pasaba por la zona.
“Los motochorros eran dos, estaban en una Keeway 150 cc. y estaban forcejeando con la víctima”, explicó el testigo ante las autoridades, que resultó clave en la reconstrucción del incidente.
Fue todo muy rápido, y el chofer reconoció que no pudo hacer nada para evitar la tragedia.
En medio del forcejeo, Calderón recibió un disparo en el omóplato izquierdo. La detonación se escuchó en toda la cuadra y el sonido acompañó a la fuga de los motochorros que, no conformes con tomar posesión del rodado del enfermero, también le sustrajeron una mochila.
EN LA MIRA
Increíblemente, a unas seis cuadras del punto en donde cayó muerto Calderón, otro trabajador de la salud sufrió un ataque delictivo a manos de dos motochorros.
Se trata de un hombre de 34 años, que trabaja en la Clínica del Diagnóstico.
Según declaró ante las autoridades, a las 05.30, cuando se desplazaba en una Honda Wave blanca, su viaje se cortó abruptamente en 6 y 65, donde fue interceptado por los ladrones, que iban en un rodado de gran porte sin plásticos, tipo 400 cc.
Enseguida el que iba atrás saltó del asiento y le apoyó un arma a la altura de la cintura, que después levantó y la dirigió al centro del pecho de la víctima.
“Dame todo porque te mato”, le gritó y así fue como huyeron con lo que pudieron, aunque el damnificado pudo recuperar su moto en 65 entre 7 y 8, ya que se le salió la cadena y la abandonaron.
Dinero, documentación y elementos de higiene personal, conformaron entonces el botín.
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