Millonario asalto en una casa de Lisandro Olmos: llegaba de una fiesta y lo esperaba una banda armada

Un hombre de 45 años denunció que el domingo por la noche, cuando regresaba a su casa de las calles 38 y 194, en Olmos, luego de compartir una fiesta junto a su pareja, lo estaban esperando.

Al domicilio las víctimas llegaron en una camioneta Volkswagen Amarok de color gris, pero adentro había otra Toyota SW4. Y ambas quedaron en poder de los ladrones.

Era un grupo con poder de fuego. Se habla de unos cuatro hombres encapuchados y con armas cortas y largas. Lo que se dice, una banda pesada.

Con la frase “te vendieron”, no solo los llenaron de miedo, sino también de miles de conjeturas.

“Entregá todos los dólares”, fue el segundo pedido. No hubo resistencia, no había sentido. Ya estaban totalmente perdidos.

Así, previo atarlos de pies y manos, con lo que dominaron por completo la situación, los amordazaron y los dejaron tirados, boca abajo. El hombre en un pasillo de la amplia construcción y a la mujer, en la cocina.

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Con transporte garantizado, cargaron también un televisor de 42 pulgadas; un iPhone; un parlante portátil; una cartera con documentación; un boleto de compraventa de un terreno ubicado en las cercanías; una máquina de cortar césped y la suma de 1.000.000 de pesos.

Por sus voces, los intrusos aparentaron tener entre 30 y 40 años.

Los damnificados contaron que no pudieron verlos, porque estaban todos tapados.

Si bien la finca contaba con un sistema de monitoreo, en ese instante estaba apagado. Lo que no trascendió es si se trató de un descuido o si las cámaras quedaron fuera de servicio por el accionar de los delincuentes, que cortaron los cables de alimentación.

El golpe, de acuerdo a voceros con información del caso, “fue muy profesional”.

“No más de 10 minutos”, agregaron.

Para los pesquisas, ahora queda la compleja tarea de reconstruir el hecho, en la búsqueda de elementos de identificación y cargo, aunque el trabajo no será sencillo, sobre todo por las características de la zona, que presenta amplias extensiones de tierras y dominios muy separados unos de otros, lo que complejiza la aparición de testigos, al margen de la oscuridad, que también siempre juega a favor de los criminales.