Con linternas y armas, despertaron a dos abuelos: “Les vuelo la cabeza”

La ciudad de La Plata, aún consternada por el crimen a sangre fría de Jonatan Calderón, el enfermero asesinado durante un episodio de inseguridad por motochorros, en las últimas horas reportó un nuevo robo que estuvo marcado por la violencia delictiva, un fenómeno en auge y que tiene en vilo a todos los platenses. Según pudo saber EL DIA, esta vez quienes sufrieron el asedio de los delincuentes fueron dos jubilados de 84 y 78 años, dos indefensos abuelos que -mientras dormían en su vivienda-, terminaron siendo sometidos a una cruel tortura que, de milagro, no terminó en fatalidad.

Ya no es noticia que los ladrones muestran un total desprecio por la vida, dispuestos a todo con sus víctimas capaces de desatar una tragedia. Y ni hablar que esto empeora cuando los que cometen los ilícitos son menores de edad, quienes quedan en libertad rápidamente y, en muchos casos, reinciden en los delitos. Lo cierto es que en el reciente ataque a los jubilados, otra vez la violencia fue protagonista. En base a lo revelado por voceros, el dramático ataque tuvo lugar en un domicilio ubicado en la zona de 58 y 26, a pocos metros del Parque San Martín.

A la hora que se enciende el delito en la Ciudad, pasadas las 03.00, cuando el sueño se torna más profundo, una banda integrada por al menos cuatro delincuentes irrumpió en la habitación de un matrimonio de abuelos que se encontraba descansando. De acuerdo a lo detallado por la pesquisa, uno de los implicados ingresó con una linterna que utilizó para iluminar el rostro de las víctimas.

“Quedate callado, no te hagas el loco, no vayas a gritar ni nada, porque te pego un fierrazo”, fue la feroz advertencia del hampón al jubilado que “saltó de la cama” al verse rodeado por los sujetos. En esa línea las autoridades agregaron que los ladrones actuaron con barbijo en el rostro y gorras. “Se le veía solo los ojos”, explicaron.

TORTURAS Y AMENAZAS DE MUERTE

Una vez que despertaron a sus víctimas, los delincuentes dividieron tareas: mientras uno los amedrentaba con un trozo de hierro tipo barreta, otros dos comenzaron a revisar cada uno de los ambientes del domicilio. Sin embargo, segundos después de no haber encontrado nada de lo que pretendían encontrar, redoblaron la apuesta y amenazaron a la mujer de 78 años con un arma de fuego.

“No paraba de amedrentarla y amenazarla de muerte. Le exigían que diga en dónde tenía el dinero”, explicó el denunciante ante las autoridades policiales. “Este vestía prendas de color oscura, tapa bocas y gorra con visera, el cual le cubría el rostro”, describió el jubilado con respecto al hombre que torturó a su esposa con un arma.

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En medio de este momento de tensión, y luego de revisar las habitaciones, los sujetos sustrajeron “anillos de oro, un reloj pulsera de oro antiguo, con malla de cuero, un reloj importado de color plateado de su esposa, anillos de oro de sus hijos y cadenitas de oro”.

Asimismo voceros del hecho mencionaron que luego de dirigirse a uno de los baños de la vivienda, uno de los delincuentes halló una cajita que en su interior contenía dinero en efectivo. “Tomó en su poder 100 dólares, 50 Euros y $50.000 pesos argentinos, dos llaves pertenecientes a una caja de seguridad de una entidad bancaria, a nombre del denunciante, junto a un sobre que contenía la información del número de caja y del sector en donde se encuentra la misma”, indicaron fuentes.

ALARMA, TERROR Y FUGA

Cuando todo parecía que los delincuentes se iban de la casa, continuaron con las amenazas e hicieron recorrer a los damnificados cada rincón del inmueble con el fin de “buscar más dinero”. En estas circunstancias, fue la mujer que tomó el control de la alarma de seguridad y activó los sensores. Esto fue advertido por uno de los ladrones que lanzó una feroz amenaza: “Desactivá la alarma, cuidado la clave que ponés, si llegan a llamar les vuelo la cabeza”.

Alterados, los implicados tomaron la decisión de darse a la fuga. A través de un handy le avisaron al cuarto cómplice: “Vámonos ya”. Fue así que en cuestión de segundos, la banda escapó a bordo de un vehículo que se perdió de vista ante la mirada del jubilado que salió a la calle a pedir ayuda. El caso fue denunciado ante las autoridades quienes, a esta hora, intentan esclarecer el hecho.