Está en duda el programa para volver a la Luna
Edición Impresa | 22 de Febrero de 2025 | 01:14

¿Qué pasará con el famoso programa espacial Artemisa? Un mes después del regreso del republicano Donald Trump al poder, aún reina la incertidumbre sobre el futuro de este proyecto que apunta a que los estadounidenses regresen a la Luna.
Ya durante el primer mandato del magnate (2017-2021) se había anunciado que el programa podría ser dejado de lado o revisado seriamente para reorientar los esfuerzos hacia Marte, un objetivo compartido de Donald Trump y su gran aliado, el empresario Elon Musk.
“Llevaremos nuestro destino hasta las estrellas, enviando astronautas para plantar la bandera de Estados Unidos en el planeta Marte”, declaró el presidente en su discurso de investidura el 20 de enero, sin mencionar el regreso planificado a la Luna.
Musk, patrón de la compañía aeroespacial SpaceX y con gran influencia sobre el líder republicano, está obsesionado con el planeta rojo y aboga por saltearse la Luna en sus proyectos.
A falta de noticias de las autoridades sobre el tema, los recientes anuncios de salidas y posibles despidos han reavivado las especulaciones sobre una reestructuración de este programa insignia de la NASA, cuyo objetivo es establecer una presencia duradera en la Luna y desde allí preparar el terreno para futuras misiones a Marte.
Posible revuelta en el Senado
Un nuevo enfoque con objetivo Marte haría correr el riesgo de dejar vía libre a China, potencia rival, que ya anunció que quiere enviar una nave tripulada a la Luna en 2030.
La misión Artemisa 3, que debe llevar astronautas a la Luna por primera vez desde la última misión Apolo (1972), está ahora prevista para “mediados de 2027”, después de varios retrasos.
El eventual abandono del cohete SLS en favor de uno Starship, actualmente desarrollado por SpaceX, reduciría el margen de maniobra de las autoridades en caso de dificultades y podría causar varios problemas legales y políticos.
Uno en particular sería el posible conflicto de intereses, dado que Elon Musk adquirió el estatus de asesor presidencial y los senadores republicanos deberían oponerse a ello.
Otro sería la amenaza sobre decenas de miles de puestos de trabajo en estados conservadores afines a los republicanos como Texas, Alabama, Misisipi y Florida.
A pesar de estos argumentos, todo es posible para algunos analistas el gobierno de Trump en este terreno es “impredecible”.
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