José María Prado: uno de los mayores dirigentes vecinales
Edición Impresa | 2 de Marzo de 2025 | 00:08

No le caía mal el calificativo de “pilar de la Ciudad” que se le asignó a José María Prado (1896-2002), el dirigente vecinal que fue ejemplo de laboriosidad y de entrega a su comunidad. No muchas personas tuvieron el privilegio de vivir en tres siglos diferentes -el XIX, el XX y el XXI- y en su último cumpleaños dijo: “Ya me queda poco, porque la vida se me está apagando…”. Algo que venía diciendo desde que cumplió los 100, y lo hacía acompañando el fraseo con una carcajada fuerte y cómplice. Falleció a los 105 años de edad.
Tenía apenas 14 años aquel muchacho que una tarde de 1911 dejó atrás su aldea natal -Santa Hilaria de Rioaveso, enclavada en la provincia gallega de Lugo, España- para abordar el barco alemán “Frankfurt” que lo traería hasta Buenos Aires para, cuatro años después, instalarse para siempre en La Plata con la simple intención de empezar a hacer. Y vaya si hizo don José María.
Había nacido el 10 de diciembre de 1896 y se radicó en nuestra ciudad en 1915, para ingresar como cadete en la administración pública provincial donde, después de un lustro, pasó a desempeñarse en el Ministerio de Obras Públicas, Archivo de Geodesia, donde cumplió 69 años de servicio ininterrumpido, convirtiéndose al final de su trayectoria en el empleado bonaerense con mayor antigüedad. No quiso retirarse antes, tal como su legajo lo permitía.
José María Prado, durante una entrevista con EL DIA
Prado fue fundador de numerosas instituciones culturales y deportivas en nuestra ciudad, organizó muestras de cartografía histórica y dictó un sinnúmero de conferencias sobre temas históricos y cartográficos.
También se desempeñó como miembro titular vitalicio de la Asociación Argentina de Historiadores; como presidente del Centro Argentino de Cartografía y como integrante de la Junta Provincial de Historia.
SU GESTIÓN
Como uno de los fundadores del “Movimiento La Plata de Pie”, trabajó en numerosas iniciativas tales como la recuperación de la jerarquía de la Universidad Nacional; la consolidación de la conducción del Banco de la Provincia en nuestra ciudad; la continuación de la autopista La Plata-Buenos Aires; la electrificación del Ferrocarril Roca y la solución de su ingreso a la Ciudad; la defensa y recomposición del patrimonio urbanístico, arquitectónico y forestal; la construcción del Estadio Único; la terminación de las obras del Teatro Argentino y del Aeropuerto; la reactivación del Puerto La Plata; la jerarquización del Departamento Judicial La Plata; la defensa y desarrollo de las grandes fuentes de trabajo (Mercado Regional, Talleres del Ferrocarril Provincial, Astilleros, Polo Petroquímico, cinturón industrial, hortícola y ganadero, entre otros).
En su dilatada labor, se destacó también por haber rescatado, ordenado, catalogado y estudiado el material cartográfico que perteneció al Archivo del Departamento Topográfico, origen de la Dirección de Geodesia. Sin serlo de modo profesional, fue también uno de los más valiosos historiadores de la Provincia.
En ocasión del centenario de su natalicio, donó al Departamento de Investigaciones Históricas y Cartográficas de la Dirección Provincial de Geodesia un valioso material cartográfico y bibliográfico sobre la historia de los pueblos bonaerenses.
DISTINCIONES
A lo largo de su vida, Prado se hizo acreedor a numerosas distinciones en reconocimiento a su trabajo tenaz e incansable. Ciudadano ilustre de La Plata, miembro honorario de la Universidad Nacional de La Plata, Presidente Honorario de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de la Provincia de Buenos Aires, institución de la cual fue fundador; fundador y presidente de la “Peña Cultural ICHA (Instituto Cultural Hispano Argentino)” y miembro del Grupo de los Veinte.
Supo conservar la humildad de los grandes y el buen humor que siempre lo caracterizó, aún en los momentos más difíciles.
José María Prado fue una figura muy importante de la vida de la Ciudad
Escribió también el “Catálogo General de Mensura de la Provincia de Buenos Aires”, que comprende desde 1824 a 1945; “Documentos para la historia del Departamento Topográfico”; “Catálogo Ilustrado para la muestra de la Semana nacional de Cartografía”; expuso la “Cartografía Colonial”, que acredita la posesión y soberanía argentina sobre las Islas Malvinas; editó en 1955 los “Catálogos de Cartografía Platense”; y en 1969 los “Catálogos de la Conquista del Desierto”, en base a un trabajo sobre fijación de los lugares históricos de la Provincia de Buenos Aires. En 1971 escribió sobre la necesidad de una ley, la creación de un Organismo autónomo de defensa de la Toponimia Argentina.
Formó parte del grupo de dirigentes que fundaron el “Jardín de la Paz” (lindero al viejo Teatro Argentino), contribuyendo asimismo al señalamiento del centro geográfico y piedra fundamental de La Plata, y al emplazamiento de los “Mosaicos de la Casa de Tucumán y del Cabildo”, en los jardines del Palacio Legislativo de nuestra ciudad. Fue también muy destacada su labor como presidente de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas del Gran La Plata.
SUS AFECTOS
Casado con Milagro Josefa Morón Bilbao, de ese matrimonio nacieron sus hijos José María y Alberto Antonio; quienes se prolongaron en sus nietos José Luis, Pablo, Marcelo y Mario Daniel.
Hincha y único socio honorario del club Estudiantes de La Plata, Prado vivía en la casona de la calle 51, en una cuadra ubicada a poca distancia de la Plaza Malvinas y que lleva su propio nombre desde 1996, rodeado de sus plantas, sus gatos, sus afectos y muchos amigos.
Tres conocidas personalidades de la Ciudad -Raúl Gerardo Correbo, José María Tonelli y José Pedro Thill- escribieron un documentado libro titulado José María Prado. Su vida y su obra.
De carácter firme en todos los órdenes de la vida, testigo de tres siglos, siempre se mantuvo sorprendido con el progreso de la Ciudad que, como él mismo decía, “cuando yo vine era una ciudad chata”, para agregar que “a veces siento que a La Plata no le di nada y sin embargo esta ciudad me lo dio todo”. Sin embargo, al irse para siempre, a la Ciudad le quedó clara evidencia de que sin José María Prado perdió a uno de los hombres de los que más recibió.
José María Prado, durante el festejo por sus 100 años
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