De la majestuosidad a las ruinas: el Palacio Piria sigue en el olvido

La histórica mansión de Punta Lara que supo alojar a la clase alta de la Región se desvanece. Un final que parece no tener retorno

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A pesar de estar en ruinas, su importante investidura se impone como en los viejos tiempos. No pasa inadvertido para quienes andan por las inmediaciones del Palacio Piria que brilló durante el Siglo XX, pero ahora lo que genera es olvido. La admiración de años atrás fue remplazada por el sentimiento de pena que provoca ver semejante construcción venida abajo y tras décadas de abandono solo unos pocos guardan la esperanza de poder reconstruirlo.

Del lugar pensado como punto de encuentro para la clase aristocrática o residencia del gobernador (años después) solo quedan los recuerdos. Este palacio que supo alojar desde la más alta sociedad o a niños huérfanos, hace décadas que se cae a pedazos dejando morir una parte de la historia de la Región.

La familia Castells, dueña original del predio lindero al río, construyó el palacio con un fin claro: potenciar la zona ribereña con una construcción que atrajera a la clase alta durante las temporadas estivales.

El Salón de los Espejos es la sala icónica del palacio forrada con espejos biselados

Tras la muerte de Luis Castells, su hijo fue quien tomó las riendas del proyecto y terminó de levantar el palacio entre los años 1907 y 1910. La gran inauguración tuvo lugar durante el centenario de la Revolución de Mayo.

Pero al tiempo Castells hijo quebró, situación financiera que lo llevó a desprenderse de las propiedades de la familia.

Fue así que en 1925 el uruguayo Francisco Piria —fundador en la otra orilla de Piriápolis— adquirió la casa de los Castells con el fin de replicar en Punta Lara la experiencia de su balneario uruguayo.

Para lograr su cometido y aumentar el atractivo de la residencia, Piria trajo artesanos uruguayos que revistieron las habitaciones del primer piso con madera tallada de gran calidad. Fueron estos artistas los que consolidaron el famoso “Salón de los Espejos”, la habitación icónica del palacio. Se trata de un gran living forrado por completo con espejos biselados, que deslumbraba a todos sus visitantes.

Tras la muerte de Piria, en 1947 su familia decide donar el palacio al Estado provincial. El deseo de los herederos era que la mansión se transformara en la residencia de los gobernadores, pero eso nunca ocurrió.

Ni balneario, ni casa residencial para los mandatarios. El palacio terminó siendo escenario de distintas dependencias estatales, pero quizás, su función más destacada fue la de ser la sede del instituto de minoridad bonaerense y colonia de vacaciones para niños huérfanos que durante la década del 50 habitaron sus majestuosas salas.

Retrato de la década del 50, cuando alojó a niños huérfanos en su interior

LA RECONSTRUCCIÓN

Empezado su deterioro, la gestión del palacio fue cambiando de manos. En un primer momento fue cedido al municipio de Ensenada, que en la década del 70 perdió sus derechos por no hacerse cargo de su recuperación.

Así, el Palacio llegó a manos de lo que en aquel entonces era el ministerio de Acción Social de la Provincia y, de esta manera, a depender del gobierno bonaerense.

En 2006 fue declarado Patrimonio Histórico Provincial, pero eso no bastó para comenzar su reconstrucción. Así, año a año con el desgaste del tiempo acelerado por los constantes saqueos a sus materiales, el palacio se vino abajo y hoy lo poco que queda en pie corre peligro de derrumbe.

Actualmente el edificio pertenece al Gobierno de la Provincia. Quienes sueñan con su reconstrucción tienen distintos proyectos en mente.

Proponen un palacio abierto al público con actividades culturales

“Nosotros tenemos un proyecto muy lindo y ambicioso”, admitieron desde el área de cultura de Ensenada y detallaron: “Fue realizado en 2023 por un equipo de profesionales coordinado por Guillermo García, que es uno de los patrimonialistas más reconocidos del país”.

“Ese proyecto está a disposición para el momento en que se pueda encarar, pero actualmente eso es muy difícil ya que el abandono de la obra pública por parte del gobierno nacional hizo que tanto el Municipio como la Provincia tuvieran que hacerse cargo de obras abandonadas”, se lamentaron desde el municipio.

Además de la reconstrucción edilicia, lo que propone el proyecto mencionado es un Palacio Piria abierto a todos los vecinos con múltiples usos posibles, culturales, educativos y turísticos, entre otros.

Pero este proyecto, al igual que tantos otros, por el momento parece una utopía y los vecinos de la Región que desean gozar de las instalaciones deberán aguardar pacientes una posible reconstrucción.

 

Palacio Piria

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