“Daredevil: Born Again”: la balada de los ángeles caídos

Poco se sabe de “Daredevil: Born Again”, excepto que llega a la pantalla de Disney+ esta noche con sus dos primeros episodios: han pasado 7 años desde que el superhéroe de Marvel apareciera en la pantalla, aunque en aquel entonces era la pantalla de Netflix, antes de que la Casa del Ratón lanzara su propio servicio de streaming y cancelara todas las series que estaban fuera de su órbita de control.

Aquella decisión dejó a una de las pocas series del universo Marvel aclamadas con unanimidad en el aire: Charlie Cox, el protagonista de la saga del superhéroe ciego, tuvo algún que otro cameo, algún que otro amague con volver a la vida dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, pero parecía que, finalmente, no tenía lugar en un entramado que se había disparado hacia multiversos y aventuras galácticas. Las desventuras urbanas de la Cocina del Infierno no encajaban, simplemente.

Pero, por aclamación, y quizás por la falta de éxito del nuevo rumbo del UCM, Daredevil está de vuelta, con Charlie Cox como protagonista, Vincent D’Onofrio como antagonista y buena parte del equipo original. También en la serie ha pasado un tiempo: Matt Murdock (Cox), el abogado no vidente con habilidades potenciadas, sigue luchando por la justicia a través de su ajetreado bufete de abogados, mientras que el ex jefe de la mafia Wilson Fisk (D’Onofrio) persigue sus propios objetivos políticos en Nueva York. Han dejado, sin embargo, sus disfraces a un lado. Pero cuando sus identidades pasadas empiezan a salir a la luz, ambos hombres se encuentran en un inevitable camino de colisión.

La serie, protagonizada también por Jon Bernthal (otro sobreviviente del universo televisivo de Marvel-Netflix: encarna a Punisher), tiene a Dario Scardapane como showrunner, para quien, según contó en una conferencia de prensa de la que fue parte EL DIA, Daredevil es “una mezcla de corazón y músculo. Hay una humanidad en su personaje, también en el personaje de Vincent, Fisk: es una lucha interna con sus pasajeros internos, están en esa lucha. Siempre intentamos encontrar esa humanidad en medio de ese mundo exaltado de la acción televisiva. Querés esos momentos de alto octanaje, pero necesitás que estén arraigados en los personajes”.

UN VIEJO DUELO

En ese sentido, Murdock, cuenta Cox, “ha sufrido un gran trauma y ha tenido en estos años que repensar su identidad en una manera más profunda de lo que hemos visto antes. Y termina descendiendo por un camino que, para no spoilear, voy a describir como sacarse una curita de manera lenta y dolorosa. Es el mismo Matt Murdock de la vieja serie, pero influenciado por sus experiencias”.

Fisk, entre tanto, “está tratando de vivir a la luz del día, al igual que Matt Murdock. Somos hombres rotos: vampiros tratando de vivir en la luz, es una verdadera lucha”. Su personaje fue el más popular de la serie original, “creo que porque a la gente le gustan los malos”, se ríe, “pero además porque durante siglos y siglos las historias de crímenes y maldad han servido para que la gente pueda percibir un peligro desde la distancia, sentirse excitados desde la seguridad. Nuestro show es lo mismo, una historia urbana atravesada por el crimen, con un héroe, un salvador que intenta solucionar las cosas. La gente ama esas historias”.

LE PUEDE INTERESAR

Las perlitas de los Oscar: lo que no se vio de la gran noche del cine

LE PUEDE INTERESAR

Nadie igual: se cumplió un cuarto de siglo del salto al vacío de Charly García

Fisk parece al inicio de la temporada estar dando vuelta una nueva hoja, aunque D’Onofrio no está tan convencido. “Tiene una misión. Pero es el mismo tipo del show de Netflix. Y primer tiene que resolver algunas cosas con su mujer, porque se ha ido por un tiempo. Pero tiene un plan para ampliar su influencia, pero viviendo a la luz del día, lo cual es complicado”.

Naturalmente, en el camino se encuentra con Murdoch, con quien, recuerda D’Onofrio, compartieron en las tres temporadas originales, emitidas entre 2015 y 2018, un puñado de escenas, cinco, seis. “Pero por eso es tan bueno: cada vez que nos encontramos, significa algo. Es el principio o el final de algo. O quizás las dos cosas”.