Dos perros salvaron a su dueña de motochorros
Edición Impresa | 12 de Abril de 2025 | 02:02

Desde tiempos inmemoriales, los perros han caminado junto al ser humano como fieles guardianes, protectores incansables y parte indiscutida de la familia. En la noche del miércoles 10 de abril, en un sector de San Carlos, ese lazo ancestral volvió a sellarse con coraje y ladridos. Fue cuando dos perros salvaron a una mujer de 60 años que acababa de ser abordada por motochorros en la mismísima puerta de su casa.
El reloj marcaba las 22:00 cuando la víctima regresaba a su domicilio en calles 45 entre 149 y 150 a bordo de su Volkswagen Gol Power. Apenas se disponía a descender del vehículo, notó una motocicleta de baja cilindrada (110 cc) acercarse a toda velocidad por calle 45, en dirección hacia la 150. En ella viajaban dos hombres con el rostro cubierto.
Lo que parecía una llegada tranquila a casa se transformó, en cuestión de segundos, en una escena de terror. Con gestos amenazantes -uno de ellos insinuando portar un arma- los delincuentes le ordenaron bajar del auto. La mujer se resistió brevemente, pero terminó cediendo ante la intimidación: “Dame todo o te quemo”, le gritaron. Sin más opciones, les entregó su cartera de cuero negro que contenía su celular, documentación personal, varias tarjetas de débito y una suma de $70 mil.
Pero en el preciso momento en que el miedo se apoderaba de la escena, el destino tenía preparado un giro inesperado. Desde la casa salió su esposo, quien al advertir lo que sucedía corrió a abrir el portón del garaje. Al comprender la gravedad de la situación, no lo dudó: liberó a los dos perros de la familia.
Fue entonces cuando los verdaderos protagonistas irrumpieron en escena. Los canes —feroces en defensa, leales por naturaleza— no necesitaban saber lo que ocurría; bastó con sentir que su dueña estaba en peligro para lanzarse al ataque. Ante la amenaza de esos guardianes de cuatro patas, los motochorros no tuvieron más remedio que abortar el robo y emprender la fuga por calle 45 en dirección hacia 151.
A pesar del susto, la mujer resultó ilesa, y gracias a la acción de sus perros y la rapidez de reflejos de su esposo, la situación no escaló más allá del hurto. Las autoridades, por estas horas, analizan las cámaras de seguridad del barrio para intentar reconstruir la secuencia y dar con los responsables. Buscan rastrear detalles del vestuario, modos de moverse y determinar si los delincuentes actuaron al azar o si hubo algún tipo de seguimiento previo.
La hipótesis más firme indica que se trató de un robo improvisado, de esos que se consuman en cuestión de minutos y en los que los ladrones eligen víctimas desprevenidas con el único objetivo de hacerles pasar un mal rato.
Una vez más, el vínculo entre humanos y perros demostró estar intacto y más firme que nunca.
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