Los feligreses lo lloraron en las calles porteñas
Edición Impresa | 22 de Abril de 2025 | 03:27

En las calles y en las inmediaciones de las iglesias de todo el país, los fieles lloraron la muerte del primer Papa argentino.
“Nos dejó solos”, se lamentó Juan José Roy al salir de la misa en la catedral de Buenos Aires donde se rindió tributo al líder espiritual.
“Es muy fuerte porque se fue una persona que se ocupaba de los pobres y porque nos dejó solos. Va siempre a estar con nosotros”, añadió Roy, el jubilado de 66 años que lloró la partida de Francisco y completó: “Lo único que me deja muy tranquilo es que pudo despedirse del mundo el domingo en la Pascua”.
Decenas de fieles abarrotaron la iglesia en la que Jorge Bergoglio fue arzobispo hasta 2013.
En Flores, barrio del que era oriundo, también lloraron al crédito local. “Acá nomás está su casa de pibe (joven)”, señaló Juan Falco, un vendedor de diarios de 72 años. Estaba instalado en la plaza Flores, frente a la iglesia.
“Argentina tuvo la suerte de tener el primer papa de Latinoamérica. No creo que se repita”, comentó Guillermo Sánchez, otro vecino del barrio, uno de los primeros en llegar a rezar por el alma del Santo Padre.
El arzobispo García Cuerva en la Catedral y el retrato del Papa / NA
La basílica de San José de Flores, fue el escenario elegido para la misa en su honor. Para el arzobispo Jorge García Cuerva no fue una ceremonia más. Visiblemente emocionado expresó: “Se nos murió el padre de todos. Se nos fue el papa de los pobres, de los marginados, de los que muchos excluyen”.
“Como si fuese un ritual familiar, después de haber recibido el impacto de la noticia, venimos aquí, a esta Basílica de San José de Flores, para como familia, como hermanos e hijos, poder venir a esta, la casa del padre, en la que despertó su vocación, en la que vivió desde chico, el barrio de su infancia”, continuó.
“Nos reunimos para rezar por el descanso de nuestro santo padre Francisco. Una de las cosas que nos enseñó durante sus años de magistrado de pontificado fue que Dios nos ama con locura, mucho y que nunca se cansa de perdonarnos. Que somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón”, dijo el arzobispo en la ceremonia.
García Cuerva no quiso esquivar un tema delicado que se repitió durante el papado de Francisco, su visita pendiente al país. “Me decían ‘nunca vino a la Argentina’. Es que creo que siempre estuvo”, admitió García Cuerva en la conferencia de prensa después de la misa.
Padre e hijo dejaron ofrendas en la casa donde vivió Bergoglio / NA
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