El pancho, ese rey popular que nunca pasa de moda
Edición Impresa | 24 de Abril de 2025 | 06:17

Hoy se celebra el Día Internacional del Pancho o Hot Dog, una fecha que homenajea a uno de los íconos más populares de la comida callejera a nivel global. Si bien su origen se disputa entre Alemania y Estados Unidos —país que lo convirtió en una estrella de los estadios de béisbol—, lo cierto es que se ha ganado un lugar especial en la cultura gastronómica por su simpleza, su carácter democrático y su capacidad infinita de reinvención. Pan, salchicha y lo que la creatividad permita: ese es su punto de partida.
Su éxito es innegable. Es un bocado caliente, rápido y accesible que puede solucionar una comida improvisada o calmar el hambre en plena madrugada. En los últimos años, sin embargo, el pancho ha dejado de ser solo una opción de paso para convertirse en una experiencia gourmet. A lo largo y ancho del país, y especialmente en La Plata, se ha consolidado como una tendencia culinaria en expansión.
La ciudad de La Plata vivió la llegada del pancho en sus formas más elementales: carritos improvisados en las plazas -algunos, en plazas Paso y Belgrano, por caso, marcaron una época-, puestos móviles en esquinas ajetreadas, y los infaltables a la salida de los boliches, donde era común ver largas filas de jóvenes hambrientos en busca del clásico pan con salchicha y aderezos. Con el tiempo, esa escena se transformó. De ser una comida ocasional, el pancho comenzó a ocupar un lugar más formal dentro del circuito gastronómico platense.
Hoy, las pancherías no solo están en las calles, sino que han tomado forma de locales con identidad propia. Espacios pensados para rendir tributo a su producto, elevando su calidad y su presentación. En estas nuevas propuestas, es común encontrar salchichas artesanales —al estilo alemán o polaco— servidas en panes de masa madre, acompañadas de cheddar fundido, panceta crocante, cebolla crispy o guarniciones inusuales como guacamole, mayonesa de kimchi o salsas especiadas. Algunos locales incluso ofrecen opciones veganas y vegetarianas, ampliando aún más su alcance.
De origen humilde, el pancho comenzó a ocupar un lugar más formal dentro del circuito platense
EVOLUCIÓN DE UN CLÁSICO
El fenómeno habla de una transformación cultural: lo que comenzó como una opción rápida y marginal, se convirtió en un símbolo gastronómico revalorizado. En La Plata, este cambio también refleja el actual dinamismo de la escena foodie y su apertura a experimentar con sabores y formatos. Las nuevas generaciones, exigentes y curiosas, adoptaron al pancho como algo más que una comida al paso. Lo incorporaron como parte de una salida con amigos un antojo gourmet.
Eso sí, a pesar de las innovaciones y de los toppings de autor, el clásico carrito en la calle no pierde vigencia. A la salida de un recital, o en las veredas del centro durante las madrugadas, el “panchirolo” tradicional sigue prosperando. Porque pancho hay uno solo, pero son mil las formas de disfrutarlo.
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