Cuando el horror y la política se encuentran

Materiales para una pesadilla, la novela que Juan Mattio publicó originalmente en 2021 y que en 2025 volvió a las librerías en una reedición de Caja Negra Editora, se afirma como una de las obras más densas, provocadoras y políticamente cargadas de la narrativa reciente. En un país donde lo real parece superarse día a día, Mattio opta por el género del horror para indagar en las capas más profundas del miedo social, la represión y la violencia estatal. Lejos de los lugares comunes del terror comercial, esta obra es un dispositivo narrativo que examina las huellas de lo siniestro en la historia argentina.

La novela entrelaza relatos fragmentarios, documentos, voces que se superponen y materiales apócrifos para construir una atmósfera de inestabilidad constante. A través de estos recursos, Mattio da forma a una Argentina espectral, donde los traumas del pasado –desde la dictadura hasta la represión neoliberal– no sólo siguen latentes, sino que se manifiestan como entidades vivas, casi sobrenaturales. Lo monstruoso no es una fuerza externa: surge del mismo entramado social y político, como si la pesadilla fuera una extensión lógica de la historia reciente.

Caja Negra Editora, reconocida por su catálogo centrado en el pensamiento crítico y las estéticas radicales, encontró en esta reedición una obra afín a su línea. Con su nuevo diseño editorial y una cuidada introducción, esta versión de Materiales para una pesadilla no sólo recupera el texto, sino que lo resignifica en un presente marcado por nuevas formas de vigilancia, exclusión y miedo colectivo. Mattio no se limita a describir el terror: lo estructura como una herramienta de lectura del presente, una forma de comprender cómo opera el poder cuando se vuelve opaco, invisible, pero letal.

Con esta novela, Juan Mattio se confirma como uno de los autores más agudos del panorama literario argentino contemporáneo. En lugar de buscar consuelo en la ficción, propone una literatura que incomoda, que despierta más preguntas que respuestas y que, sobre todo, nos obliga a mirar de frente las formas que adopta el horror cuando se disfraza de normalidad.