Chanel Cruise 2025-26

En un gesto de elegancia lacustre y sofisticación cinematográfica, Chanel presentó su colección Cruise (Crucero) 2025-26 en la histórica Villa d’Este, sobre las orillas del Lago de Como, en Cernobbio, Italia. La elección del escenario no fue azarosa: se trató de una puesta en escena que ‘dialogó’ con la tradición aristocrática europea y el espíritu viajero que siempre caracterizó a la maison. Bajo un cielo templado y rodeado de jardines renacentistas, las modelos desfilaron frente a 900 invitados, en un ambiente que osciló entre la nostalgia de los veranos italianos y la frescura de una nueva etapa para la marca.

Concebida por el equipo interno de diseño, esta fue la primera colección de Chanel tras la salida de Virginie Viard, quien abandonó su cargo como directora creativa en marzo. En espera de la llegada de Matthieu Blazy —prevista para octubre—, la firma francesa optó por un desfile que consolidara su herencia sin dejar de anticipar una nueva dirección. El resultado fue una serie de prendas que retomaron códigos clásicos de la casa —como el tweed y las siluetas náuticas—, pero con una mirada lúdica y actualizada: pantalones culotte con brillos, vestidos etéreos en tonos pastel, trajes con cristales incrustados y accesorios que remitían al verano italiano, como bolsos con forma de gelato.

La presentación no solo funcionó como vitrina de moda, sino también como evento cultural. Sofía Coppola, cineasta y embajadora de la marca, filmó un corto que se proyectó antes del desfile, reforzando el vínculo de Chanel con el universo del cine y el arte.

Esa atmósfera onírica, mezcla de lujo atemporal y ligereza veraniega, pareció decir: la maison puede cambiar de manos, pero nunca pierde su instinto de espectáculo. Con el Lago de Como como espejo, Chanel dejó claro que su crucero navega siempre con rumbo hacia la belleza.

Volados en un vestido estilo Barbie / AFP

Joyas, gafas, tapado y cartera, in composite / AP

Transparencias, a flor de piel / AFP