iPhone 16e: pros y contras de la nueva versión más económica

El iPhone 16e, presentado como el modelo más accesible de la nueva generación de Apple, se convirtió inesperadamente en el celular más vendido de la compañía en lo que va del año. A pesar de su apariencia similar al iPhone 14 y de contar con algunas prestaciones reducidas, el dispositivo superó las previsiones iniciales y se posicionó como un verdadero fenómeno de ventas, incluso por encima de sus competidores Android en el mercado global.

Con un precio de lanzamiento de 599 dólares —pero en Argentina se expende desde 1.050.000 de pesos hasta $2.550.000 por los impuestos—, el 16e fue recibido con cierto escepticismo. Analistas del sector consideraban que se trataba de un producto de transición, diseñado apenas para ocupar un lugar intermedio entre los modelos Pro y la línea SE. Sin embargo, Apple optó por una fórmula simple y efectiva: mantener lo esencial, prescindir de funciones superfluas y ajustar el precio, una estrategia que, al parecer, tocó una fibra sensible entre los usuarios.

Uno de los puntos fuertes del equipo es su procesador: el chip A18, el mismo que lleva la línea iPhone 16, aunque con un núcleo gráfico menos. Esta decisión permitió ofrecer un rendimiento de alta gama y acceso completo a las funciones de inteligencia artificial de iOS 18, algo que hasta ahora era exclusivo de los modelos más caros. Además, Apple garantizó más de cinco años de actualizaciones de software, una promesa que resultó clave para quienes buscan longevidad tecnológica.

La batería también juega un papel central en el atractivo del 16e. Con 4.005 mAh, se trata de la más grande que Apple haya incluido en un modelo fuera de los Pro Max. Sumada al nuevo módem C1 de bajo consumo energético, la autonomía supera incluso a otros modelos más costosos, un factor de peso en un mercado cada vez más exigente con el rendimiento energético.

Por supuesto, el recorte de funciones está presente. Este modelo no incluye MagSafe, limita la carga inalámbrica a 7.5W, prescinde del chip UWB para geolocalización precisa y mantiene una tasa de refresco de pantalla de 60Hz frente a los 120Hz de los modelos superiores. Sin embargo, estas ausencias no afectaron la percepción del público objetivo, que valoró mucho más el equilibrio general del producto y su precio competitivo.

Otro punto a favor fue la fecha de lanzamiento: febrero. Apple decidió anticiparse al calendario tradicional de sus lanzamientos —habitualmente en septiembre— para posicionarse antes de que entraran en vigor los nuevos aranceles de abril. Ese movimiento estratégico le permitió competir con ventaja en precio justo cuando muchos fabricantes se vieron obligados a ajustar sus valores al alza.

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El iPhone 16e también marcó la salida del mercado del iPhone SE, desplazado por este nuevo modelo que cumple con las regulaciones europeas respecto al conector USB-C. De este modo, Apple encontró la manera de cubrir el segmento de gama media, una franja en la que históricamente había tenido una presencia más bien débil frente a competidores como Samsung o Xiaomi.

iPhone 16e / Web