Las aves rapaces ganan terreno en La Plata y meten miedo en los barrios

Gavilanes, aguiluchos, caranchos y chimangos se ven por toda la Ciudad. Ratas y otros animales chicos, su dieta principal

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Algo así como una hora y media en vela, tuvieron ayer en un caserío de Gonnet, cuidando que perros y gatos no estuvieran al alcance de lo que identificaron como un gavilán. Tras cazar un ave y despedazarla ante la mirada general seguía amenazante sobre los postes del alambre o el portón del barrio. El cuadro, llamativo para esos testigos, puede repetirse en cada rincón de la Ciudad como consecuencia del crecimiento de la población de esa y otras aves rapaces como aguiluchos, chimangos y caranchos que hasta parecen adueñarse del medio y la clásica postal del cielo con gorriones.

En horas de la mañana de ayer, en el vecindario de 25 y 500, la presencia del ave sorprendió en casas poco habituadas a estas visitas. “¿Qué es ese bicharraco negro?”, fue el mensaje que tiró un frentista, foto adjunta mediante, en el grupo de vecinos del sector, cerca de la República de los Niños. La respuesta que recibió no lo tranquilizó: “Metete adentro. No lo provoques y entrá al perro y el gato”, apuró alguien.

Inmediatamente, en una secuencia alejada de la posición de profesionales en el campo de la zoología, las respuestas y los emojis de susto vinieron uno de detrás de otro.

Lo que siguió controbuyó con el mensaje de alerta: “¡Mató un pájaro de un picotazo! ¡Qué miedo!”, comentó el vecino atemorizado. Ya con varias fotos y videos de lo que estaba pasando en la zona, las consultas dieron con una respuesta que en los últimos años ha sido habitual en La Plata: “Son gavilanes”.

El “sitio” que impuso el animal terminó cuando decidió levantar vuelo sin sumar presas al pájaro que había matado.

Más tarde, el veterinario y exdirector del zoológico platense, Diego Balducci, explicó que tanto esa especie como otras de comportamientos y dieta similar se ven a menudo en la periferia y, aún contra lo que podría esperarse, el Centro.

“Aguiluchos, gavilanes chiquitos, caranchos y chimangos tienen un lugar propicio para estar”, dijo el profesional sobre el escenario urbano local y amplió: “Tienen para hacer nido y para comer. Son predadores naturales de ratas. Aunque pueden levantar otros animales chiquitos como crías de conejos y cobayos”.

Según analizó el profesional, la población local puede asociarse con un fenómeno multicausal, pero puntualizó en uno: “Acá, se trajeron para sacar palomas de la catedral y la municipalidad. Los controlaban cetreros”, dijo sobre la actividad de manejo humano de aves de caza. Ese control se perdió y los animales en cuestión que andaban por Plaza Moreno, “quedaron en vida salvaje”, dijo Balducci.

Se recuerda, el picoteo contra un cura de hace unos cuantos años y más acá, en 2023 un vecino sufrió un corte en la cabeza cuando fue sorprendido en 2 y 38 por un aguilucho. Los ataques se sucedieron desde 2021. Entonces, también acechaba en la zona de Plaza Belgrano ese u otro ejemplar de la especie que atacó a un perro y luego al dueño, que requirió algunos puntos de sutura en el cuero cabelludo.

Entonces, se advertía desde el mundo académico que las poblaciones estaban con presencia fuerte desde hacía, por lo menos, tres años. Ese fenómeno sigue y para Balducci, el crecimiento ya es “exponencial” porque al alimento disponible, se suma que “no tienen predadores, como gatos silvestres o aves más grandes”. Tanto, que avanzan sobre otras especies: “Por eso, hay pocos gorriones, que cuando notan ataques, se van”, indicó el veterinario.

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