Un pitbull, un ataque y los deberes de los dueños
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2025 | 05:26

Tras un nuevo incidente con un perro de raza pitbull en Berisso, con un niño que se salvó de milagro por la aparición de su mascota, que murió por las mordidas, se volvió a encender la alarma sobre la responsabilidad de los propietarios de animales de “razas peligrosas”.
Si bien las mascotas son algo cotidiano dentro de las familias, existen obligaciones que se deben cumplir para preservar la seguridad humana y animal.
El hecho que ocurrió en Berisso, no es algo aislado. El jueves, un pitbull se metió en la casa de un vecino. Iba contra un niño y la perra del hogar, “Zila”, se sacrificó para salvarlo, evitando así una tragedia. El otro animal fue desmayado a golpes por los vecinos para que la soltara, pero no pudieron salvarla.
Estos accidentes con perros considerados de “razas peligrosas” suceden a menudo cuando los dueños no actúan de manera responsable sobre los cuidados del animal.
“Las obligaciones legales sobre la tenencia de cualquier perro se pueden separar en dos partes: derecho civil y derecho penal. El civil aplica a lo que se llama de responsabilidad objetiva. Es decir, uno es responsable por todos los daños que ocasione su perro. Mientras que el penal recae sobre los ciudadanos y se ejecuta cuando se cometen delitos”, explicó Santiago Irisarri, abogado platense.
Según la ley, la comisión de un delito se lleva a cabo mediante el desarrollo de comportamientos. En este sentido, quienes se comportan son las personas y no los animales, por lo que se convierten en los responsables directos y legales de cualquier perro, sin distinción de raza.
“El comportamiento puede ser mediante acciones propiamente dichas u omisiones. La omisión sería un no hacer, y en este caso se me impone que yo cuide de mi perro. En consecuencia si se escapa, se mete en una casa y muerde o mata, el responsable por no haberlo cuidado voy a ser yo, que soy el propietario. Independientemente de que no me haya percatado de que esto podía llegar a suceder, el derecho a mi me impone esta carga si se llegan a generar daños a terceros”, aclaró Irisarri.
En la ciudad de La Plata, la ordenanza 9.548, aprobada en 2002 por el Concejo Deliberante, regula la tenencia de perros considerados potencialmente peligrosos, y aplica sanciones económicas a quienes incumplan con el registro. Esta ordenanza tiene como objetivo mantener una base de datos locales y facilitar la identificación de los animales.
“En realidad, no tiene nada que ver con las razas, porque cualquier perro de un pesaje y una determinada estructura de mandíbula con cierto nivel de mordida y velocidad, puede ser igualmente o potencialmente peligroso que un pitbull. El tema está en regular la agresividad”, remarcó Jésica Singerman, médica Veterinaria UNLP, especializada en Etologia canina.
“La agresividad tiene dos componentes: un 30% de genéticos, ligados al temperamento y el carácter y el 70% son ambientales, lo que sería la crianza a partir en la etapa crítica de los 60 días a los 120 días de vida, que es fundamental y determinan muchas cosas en lo que es el comportamiento del perro”.
“En los casos que exista la muerte de una persona como consecuencia del comportamiento del perro puede llegar a ser homicidio culposo o doloso. Ahora, si sólo se limita a morder a otro ciudadano y lo lesiona, se va a aplicar la figura penal de las lesiones”, aclaró Santiago Irisarri.
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