El impacto de la noticia y su réplica en las redes

Pedro Pablo Mieres era oriundo de la provincia de Neuquén y cursaba la carrera de Biotecnología en la UNLP. Muy comprometido con su entorno, participaba de actividades de extensión y fue parte de las Brigadas Ramona Medina durante la pandemia. Además, trabajaba en el vacunatorio del Hospital San Martín, donde también dejó huella por su sensibilidad y compromiso con la salud pública.

Su muerte generó una profunda conmoción en la comunidad académica y en redes sociales, donde se multiplicaron los mensajes de dolor y reclamos de justicia.

También fue el ámbito propicio para una campaña de carácter humanitario y que apuntó a ayudar a sus familiares para poder llegar a nuestra ciudad.

“En este terrible momento que estamos atravesando todos, quienes queremos y conocimos a Pablo, que nos dejó con el corazón roto por su trágica partida, un ser increíble, bueno, solidario, compañero, siempre con una sonrisa, con un abrazo para dar, con un oído para escuchar. Su familia tiene que viajar desde Neuquén a La Plata y queremos ayudarla con los gastos que debe afrontar para realizar todos los trámites”, expresaron.

“Ay Pablito hermoso, quién pudo hacerte esto, lpm. Que se haga justicia, por favor”, fue uno de los mensajes destacados.

En tanto, lo describieron como “una gran persona, con un corazón enorme. Siempre al servicio de la comunidad, gran compañero y estudiante”.

Otros amigos lo recordaron con profunda tristeza. “Amigo hermoso. Todavía no lo puedo creer. Siempre estarás en mi corazón, un placer haberte conocido y compartir tantos momentos con vos, ya nos vamos a encontrar de nuevo”, aportó uno de ellos.

La investigación, mientras tanto, sigue su curso y mantiene expectante a una ciudad que espera respuestas sobre un crimen que, hasta ahora, mezcla elementos de violencia, misterio y posible premeditación (ver aparte).

Mieres era apasionado por la música, el canto coral y los instrumentos musicales, ámbitos donde compartía su sensibilidad artística con quienes lo rodeaban, enriqueciendo con su calidez cada espacio que habitaba.