Más controles y más educación vial para el tránsito en la Región

Las crónicas policiales no dejan de reflejar que el tránsito en la Región sigue sumando choques y tragedias viales. El último fin de semana dejó en el distrito el saldo de dos personas muertas y cinco heridas, por accidentes registrados en la zonas céntrica y sub-rural. Lo cierto es que pasa el tiempo y nada parece suficiente para detener la anarquía –la ley del más fuerte, del más pícaro, del mas desaprensivo- que gana en muchas calles.

Más allá de la indisciplina de no pocos automovilistas, existen situaciones que exceden el acatamiento o no a las leyes específicas del tránsito. Es el caso de uno de los penosos episodios registrados este fin de semana, en la zona de la ruta 36, cuando dos personas que arrastraban un carrito fueron atropelladas por una camioneta.

En primer lugar la Policía había informado que el saldo había sido el de una persona muerta, pero tiempo después fue hallada otra de las víctimas fatales en un zanjó cercano. Sin formular consideraciones sobre ese caso en particular, corresponde alertar sobre la presencia de muchos carritos similares, tirados por tracción humana, que comparten en calles, avenidas y hasta rutas con el tránsito automotor.

El tema merecería un tratamiento inmediato y acorde con los bienes que se encuentran en juego.

Los especialistas en seguridad vial, sin dejar de aludir a la necesidad de que los controles callejeros deben acentuarse, no dejan de aludir a la falta de conocimientos por parte de muchos conductores de vehículos sobre las leyes del tránsito.

En marzo de 2024 se realizó en calles de La Plata un operativo de control, que inspeccionó a 2.218 vehículos, que arrojó el resultado de que casi el 58 por ciento de los conductores –es decir 6 de cada 10- presentó distintas irregularidades y dejó a la vista que la falta educación vial constituía una de las principales causas de la inseguridad en el tránsito.

De acuerdo al informe, se inspeccionaron 1.902 autos y 316 motocicletas. Del total, 1.272 infringían la ley nacional de Tránsito y las irregularidades detectadas incluyeron desde la falta de elementos de seguridad y el uso de celular al volante, hasta la ausencia de documentación obligatoria para circular.

A grandes rasgos corresponde recordar que, los mismos especialistas vienen alertando que buena parte de la vida de cualquier persona transcurre en la vía pública -ya sea como peatón, ciclista, motociclista o como automovilista- y que, sin embargo, a lo largo de toda la formación escolar, que comprende a los tres niveles educativos, no se les imparte a los futuros ciudadanos ningún principio acerca de la mejor forma de comportarse en las veredas y calles.

Las crónicas periodísticas no dejan de poner en evidencia la gran cantidad de incidentes trágicos, con muertos y heridos, registrados tanto en el casco urbano como en la periferia, en episodios que, como se ha dicho, han perdido ya la condición intrínseca propia de un accidente, es decir de sucesos imprevistos, para convertirse en resultantes de un estado de casi anarquía callejera.