Pearl Harbor en Rusia: cómo fue el ataque de Ucrania

El sorpresivo ataque con aviones no tripulados ucranianos está siendo descripto como “el Pearl Harbor de Rusia” por algunos comentaristas en línea después de que 41 aviones militares fueran derribados el domingo.

El ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941, cabe recordar, fue un ataque aéreo sorpresa de Japón contra Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

En cuanto a la operación encubierta de Ucrania contra Rusia, fue calificada como “histórica” por el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.

En el transcurso de unas pocas horas, casi un tercio de la flota de bombarderos estratégicos de Moscú fue destruida o dañada con drones de fácil fabricación introducidos furtivamente en territorio ruso.

La misión del Servicio de Seguridad de Ucrania, con el nombre en clave “Telaraña”, involucró más de 18 meses de planificación meticulosa y gran riesgo. Fue supervisada personalmente por Zelenski.

Se concretó en un momento de la guerra de tres años cuando las conversaciones de paz no han logrado entregar el alto el fuego incondicional que Kiev ha buscado durante mucho tiempo, y mientras Moscú continúa lanzando cantidades récord de ataques de drones y misiles.

ELEMENTO SORPRESA

El ataque del domingo resume la estrategia de Ucrania: superados en número y armamento y dependientes de socios occidentales, los planificadores militares ucranianos han buscado medios innovadores y rentables para infligir pérdidas a Rusia, a menudo apoyándose en el elemento sorpresa.

Esto es lo que se sabe sobre el ataque ucraniano hasta el momento. Zelenski dijo que se utilizaron 117 drones en la operación en la que fueron atacados cuatro aeródromos militares, lo que resultó en el daño severo o destrucción del 34% de la flota de portadores de misiles aéreos de Rusia.

La compleja operación fue dirigida desde una oficina ubicada al lado de una dependencia del servicio de seguridad ruso, el FSB, indicó Zelenski, sin detallar dónde se encontraba en Rusia. Ejecutarla implicó el contrabando de drones de vista en primera persona, o FPV, a Rusia, donde se colocaron en contenedores de madera, que finalmente fueron llevados en camión cerca de los aeródromos.

Desde allí, los drones volaron para atacar a los bombarderos rusos. Imágenes en redes sociales compartidas por medios rusos el día del ataque mostraron drones elevándose desde dentro de los contenedores. Al final, más de 40 aviones de guerra rusos fueron severamente dañados o destruidos con costos estimados en 7.000 millones de dólares, según el servicio de seguridad de Ucrania.

Entre los objetivos más destacados estaba la base aérea de Belaya en la región siberiana de Irkutsk, a más de 4.000 km de Ucrania.

En un comunicado, el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó los ataques, diciendo que dañaron aeronaves y provocaron incendios en bases aéreas en la región de Irkutsk, así como en la región de Murmansk en el norte. Apuntó que también se repelieron ataques en la región de Amur en el Lejano Oriente de Rusia y en las regiones occidentales de Ivanovo y Ryazan.

Aeronaves estratégicas, incluyendo tipos A-50, Tu-95 y Tu-22M, fueron destruidas en el ataque, según el servicio de seguridad.

Moscú ha utilizado previamente bombarderos de largo alcance Tu-95 y Tu-22M para lanzar misiles a Ucrania, mientras que los A-50 se utilizan para coordinar objetivos y detectar defensas aéreas y misiles guiados. Ucrania ha esperado durante mucho tiempo degradar la capacidad de Rusia para desplegar bombarderos que lanzan devastadores ataques de misiles contra ciudades ucranianas, contra los cuales Kiev tiene medios limitados para responder.

La pérdida de los aviones podría reducir la capacidad de Rusia para lanzar misiles contra Ucrania.

El ataque se produjo justo cuando Moscú ha desatado un número récord de drones y misiles contra Ucrania para degradar las capacidades de producción de armas domésticas, quebrar la moral y consumir las cantidades limitadas de misiles de defensa aérea de Kiev. A menudo, estos ataques también han golpeado a civiles.

Asimismo, el ataque también da un impulso moral a Ucrania en un momento en que las conversaciones de paz se han estancado y podría socavar la confianza rusa de que puede ganar la guerra con facilidad. Se lanzó un día antes de la ronda de conversaciones directas de paz que tuvo lugar ayer en Estambul. También ocurrió el mismo día en que Rusia lanzó un número récord de 472 drones contra Ucrania en otro ataque.

“El enemigo pensó que podía bombardear Ucrania y matar ucranianos con impunidad indefinidamente, pero no es así. Responderemos al terror ruso y destruiremos al enemigo en todas partes: en el mar, en el aire y en tierra”, aseveró el jefe del servicio de seguridad ucraniano, Vasyl Maliuk. “Y si es necesario, también los sacaremos de debajo de la tierra”, agregó.

A pesar de sufrir reveses y deficiencias en el campo de batalla, a lo largo de la guerra Ucrania ha buscado enfocarse en la retaguardia de Rusia para paralizar y neutralizar las capacidades de combate.

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